tag:blogger.com,1999:blog-15981260935189166682024-03-14T06:15:37.948+01:00Escribir para sentir, sentir para escribirTrozos de colores y melodía. Pedazos de amargura y tristeza. Cachitos de terror y melancolía. Porciones de sabor y grandeza. Texturas de amor y alegría. Desechos de llanto y pereza. Necesidad de grito y sueños.
Microrrelatos (o lo que sea).Abelhttp://www.blogger.com/profile/16445298285725483203noreply@blogger.comBlogger115125tag:blogger.com,1999:blog-1598126093518916668.post-20683216624395284702014-10-11T09:59:00.001+02:002014-10-11T09:59:10.506+02:00El viaje inesperado<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Atravesamos de la mano el puente a la vuelta del trabajo. Nos detenemos en el punto más alto y, como tantos días, jugamos a sacar medio cuerpo al vacío. Hoy, mientras caigo, pienso en el contraste de su rabioso gemido al empujarme, frente a aquel tan dulce y quebrado que le salió de dentro hace dos noches mientras se la metía hasta el fondo una y otra vez. Es curioso, siempre creí que llegado este momento vería pasar mi vida por delante mío y, sin embargo, no puedo parar de investigar los gemidos de mi asesina.</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
<script>!function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0];if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src="//platform.twitter.com/widgets.js";fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document,"script","twitter-wjs");</script></div>Abelhttp://www.blogger.com/profile/16445298285725483203noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1598126093518916668.post-4810261491256499362014-09-24T19:38:00.001+02:002017-09-24T21:01:34.447+02:00Acme ("co-relato" Abel Ballesteros/David Ballesteros). 2010<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="text-align: justify;">Acme era un pez muy
longevo, lo compró Mariano José de Larra en 1837, una fría mañana de enero en
que la desidia existencial y el mal de amores le hicieron dudar entre
descerrajarse un tiro en la cabeza o comprarse una mascota, decantándose </span><span style="text-align: justify;">por lo segundo. Un buen amigo le ofreció el
último grito francés en cuanto a mascotas, una pecera de cristal con su pez
dentro. Sólo se veían en los palacios más a la moda. Una semana atrás Acme
nadaba a sus anchas en el río y de buenas a primeras se veía confinado
(masculino por ser pez y no peza) en un pequeño acuario redondo sobre una
estantería en la alcoba del escritor, desde la que presenció el funesto final
de su amo; ni un mes estuvo con él.</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Después fue
concatenando dueños, casi todos ilustres y adinerados atraídos por la leyenda
maldita del héroe romántico. Acme era una carpa roja, de un rojo que no perdía
el lustre con el paso de las décadas. De tantos años vividos, Acme adquirió una
sabiduría y una memoria impropias de su especie, a lo que contribuía muy
positivamente su insaciable inquietud por aprender. En los días que narramos,
con más de ciento setenta años cumplidos, podía respirar fuera del agua durante
varias horas y mantener una interesantísima conversación en cuatro idiomas y de
cualquier tema que surgiese. Sus dueños de entonces eran unos nuevos ricos que
solo le querían para amenizar las fiestas y atraer intelectuales a sus saraos.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Acme se revelaba y
cuando le hacían el corrillo como a un monito de feria para escucharle hablar,
renegaba de sus dueños y les llamaba bastardos explotadores e insultaba a la
concurrencia.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">–Sois unos hijos de la gran puta que no tenéis otra
cosa que dinero, ¡maldita horda de anormales!, ¡me cago en vuestra putísima
madre, cabrones de mierda! Como no tengo otra opción, en vez de callarme me
desahogo poniéndoos a caldo, nunca tanto como os merecéis, pedazo de
analfabetos, idos a tomar por culo, vosotros y las zorras que os acompañan…<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Pero la gente se lo
tomaba a carcajadas y el repertorio de descalificaciones de Acme era
inagotable. Hasta que vino la gran crisis y los nuevos ricos despertaron de su
sueño dorado y tuvieron que venderlo todo, hasta el pez.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Ese
pez, ese singular pez, ese maldito pez.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Maruchi
estaba en la cocina acabando su desayuno mientras miraba a través de los
cristales de la galería como el comprador de su Aston Martin se lo llevaba. Por
un segundo deseó su muerte.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">–Juan
Jesús, ese puto pez es peligroso. Sabe muchas cosas, ha visto demasiado.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">–Lo sé
–Juan Jesús tenía la mirada perdida–. Con el dinero que nos darían por él
podríamos vivir veinte vidas con todo el lujo...<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">– ¡En
la cárcel, Juan Jesús! ¡Joder! ¡Ten ahora los cojones que nunca has tenido!<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Él
recordó, sin saber por qué, esos días en la biblioteca cuando ambos se
preparaban para acceder a la universidad y ella le sonreía desde lejos sin
pedirle nada a cambio.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Ya
habían hablado antes sobre esta situación si llegaba. Acme había formado parte
de todo ese periodo de su vida donde llegaron a hacer cosas de las que no se
arrepentían pero que desde luego les llevarían a prisión si se supieran. Tenían
que ejecutar ese plan que acordaron hace tiempo. Y Acme lo sabía.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">El plan consistía en
amputar el cerebro a Acme para que no se acordase de nada y no pudiese hablar y
vendérselo a los servicios de inteligencia de Frikistán. El cuerpo de Acme,
sobreviviese o no a la intervención, sería para unos laboratorios de cosmética
que les habían ofrecido 1000 millones de euros por el pez porque estaban
convencidos de que tras alguna mutación genética, Acme escondía la fórmula de
la eterna juventud.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Esperaron a que
anocheciera, Maruchi sería la encargada de sacar a Acme de la pecera, meterle
un tapón en la boca y sujetarlo bien; y Juan Jesús actuaría de cirujano,
pertrechado de un instrumental tan rudimentario como un cúter grande para la
incisión, unas buenas pinzas para la extracción, aguja de coser e hilo de
nailon. Se aproximaron sigilosamente al salón, andando de puntillas para no
hacer ningún ruido que pudiese despertar a Acme, que tenía un sueño muy ligero.
La puerta del salón estaba abierta y el acuario de Acme, según sus manías de
divo para descansar mejor, se hallaba rodeado por una suerte de cortina de
terciopelo granate oscuro, como si estuviese echado el telón de un escenario
circular, como siempre, todo normal. El uno y la otra se colocaron a ambos
lados del acuario, y tenían estipulado que él levantaba la tela y ella agarraba
al pez. A la señal Juan Jesús subió el telón, Maruchi metió ambas manos en el
acuario y al sacar lo que había dentro, su marido encendió la luz. Maruchi dio
un grito mudo porque no le salía la voz y Juan Jesús cayó desvanecido por el
dolor cuando vio a Maruchi sosteniendo la cabeza de Jonatan, su único hijo…<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">El Aston Martin levantaba
y arremolinaba las hojas a su paso, como desatado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">–Bueno, ya está –dijo Acme
desde la pecera en el asiento al lado del conductor–. Eres libre y encima están
jodidos, como querías.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">–Muchas gracias Acme, eres
un gran amigo. Lo que has hecho por mí es extraordinario, no lo olvidaré jamás.
Esos cabrones pagarán lo que hicieron.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">–Claro. Pero ahora písale
mamón, que estoy deseando llegar a la casa de tus verdaderos viejos. Espero que te reconozcan –dijo Acme
con tono socarrón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Jonatan sonrió
maliciosamente mirando el horizonte frente a sí. Aceleró aún más.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">–Cuando nos asentemos en
nuestra nueva vida Acme, tienes que enseñarme a modelar la cera tan
perfectamente. Hasta yo mismo me asusté cuando vi mi cabeza en la pecera –dijo
Jonatan.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Ambos rieron a carcajadas.<o:p></o:p></span></div>
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Jonatan puso la radio y
“Freedom”, de George Michael, comenzó a hacer temblar los altavoces.</span></span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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entre ingenieros, en la granja Hormigones Smith, se produce una visita escolar.
Sor Inés, la profe de mates, con su tercera cabeza reventada, justo la que
contenía el disco duro principal, muere tras ser pisoteada por una hormiga
gigante desbocada. La pequeña Annie, medio a escondidas, respira aliviada por
la expectativa de volver a casa pronto, aunque mañana volverá a encontrar a Sor
Inés en clase con la misma sonrisa falsa. Papá le había hablado mucho sobre
técnicas avanzadas de fabricación y reparación robótica y, aun así, le era
imposible concebir cómo lo hacían.</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Al fondo
aparece un niño de unos cinco años que no duda en corretear en zigzag por la
cola del paro en mi dirección. A su izquierda hombre gris, a su derecha chica lista, a
su izquierda jaqueca, a su derecha esperanza, a su izquierda lamparones de
café, a su derecha patas de gallo.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se acerca rápido. Empiezo a distinguir su
cara. Tiene colmillos largos, ojos completamente negros. Se fija en mí. Acelera.
Izquierda, título de ingeniero, derecha, pechos de silicona, izquierda,
resoplidos, derecha, risas tontas.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se ha vuelto más grande. No deja de mirarme.
Izquierda de derechas, derecha, promesas incumplidas. En su carrera roza a un
hombre con sombrero ridículo. Éste se tambalea rígido y cae contra la chica de
delante bajo un gran estruendo de cerámica rota. La chica también cae y se
rompe contra el siguiente iluso. Es como un dominó, todos se rompen, todos
gritan en silencio, todos se marchan a casa de vacío.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ya no es un niño. Se para
frente a mí. Me saca dos cabezas de altura. Saca un cuchillo teñido de rojo y
me sonríe. Me meo encima. ¡Joder! ¡Otra vez sábanas nuevas!</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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<div class="MsoNormal" style="line-height: 13.5pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">– ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Ya vienen!<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 13.5pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Kabuk y Ukran entran en la aldea
oliendo vítores y salivando venganza. Traen otra de sus presas. Un vigía de los
pueblos del sur, dicen. Todos se agolpan a su alrededor mientras lo desmiembran
salvajemente.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 13.5pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">–Mamá, esta vez quiero el corazón.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 13.5pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">–Ya veremos Kut. –le dice mientras
remueve el guiso, en espera de la carne del vigía.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">– ¡Por favor! Ayer, al masticar los ojos de
aquella chica, pude sentir su horror cuando vio a Ukran sacar su cuchillo. Fue
fascinante. No puedo esperar más para ver si este guerrero estaba enamorado.</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">==</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Lo peor del no mundo. Eso buscaba en la hoguera. El saltar a medias. El caer a plomo. Ascuas. El éxtasis.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">==</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Se dejó caer, rendido, después de verla besar a otro. Y Blackie, el escarabajo pelotero, hizo su mejor bola de mierda con él.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">==</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Mientras lame sus uñas, despacio, con una oreja gacha, piensa en lo sorprendentemente blando que resultó el ojo del perro del vecino.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">==</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Trini loved speaking English y siempre iba con su padre a todas partes. Le llamaban Trini y Dad.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">==</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La parcela de Marte y el DigiDOG te los metes por donde te quepa. ¡Pero el orgasmatrón ni lo toques, hijo de puta!</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">==</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Llega Moni, la de DHL. Recoge un paquete. Al irse me mira el mío.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">==</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Resoplaba el paraguas, me arrancó el viento. Pasé a tu café, me diste una taza de hogar. Brillaste gozando, en la oscuridad.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">==</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Llegué a él y por fin pude besar su tersa y suave piel, y su carne, firme. En ese instante deseé dejar de ser una vil cobra.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">==</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Deambulaba por allí, desnudo, apartado de la vida conyugal por un problema de malversación de fondos púbicos.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">==</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Yo estaba convencido de que ella no me amaba. Y me traicionó besándome suavemente al despertar, desprotegido. Hija de puta.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">==</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Sus labios se rozaron. Seguían fríos, pero nunca antes habían creado esa combinación de ceros y unos. Lágrimas artificiales cayeron.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">==</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En el infierno, mientras ardo, lamento el error que cometí al interponerme entre tu teléfono móvil y tú.</span><br />
<br /><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Con algo de dolor, pero con la satisfacción del que ha cumplido un reto y ha sido reconocido, este pasado lunes publiqué el último de los relatos de esta etapa tan... intensa... Y no lo pude hacer con otro relato que "Lluvia". Una persona tan especial merece esto y más.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El chiringo no se cierra del todo, así que cuando tenga algo que crea interesante lo compartiré con vosotros.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¡Muchísimas gracias por vuestra compañía en este precioso viaje!</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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borrar el rastro de tu nostalgia. Cada gota de mí busca la vergüenza del
caminito que trazaste en la dirección errónea y la liquida. Soy tu payaso, tu
arlequín. Soy la carcajada en forma de lluvia. Dame tu risa, valiente.</span></span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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cuerpos, encajados entre sí mientras hueles mi pelo con tu nariz curiosa. Te
huele a libertad. Te siento libre. Los hierros chirrían como impacientes grullas, emigrando desde el frío de la tierra que nos denostó, que no nos quiso, hacia esta
pradera cálida en la que retozamos alegres, tú y yo.</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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dejaba respirar. Yo, que creía que me daba alas, tan ignorante. El espejo del
baño me previno una vez. No entendí sus reflejos de cara cansada, sus
destellos de tristeza, sus brillos de angustia. Aún ahora me parece verla arrastrarse tras alguna esquina. Pero un trozo de ese espejo me ayuda a
reflejar brillantes rayos de sol sobre ella. Y se va. ¡Huye, cobarde! ¡Huye! Es ese trozo en el que veo asomar tus ojitos tras mi hombro.</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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la blusa cuando más te deseo. Es ese el punto en el que te veo más frágil. Es
ese el momento en el que te sientes tan segura de ti misma que tu media sonrisa
se muestra incluso amenazante. Es excitante. Es preocupante. Es que la cama no
aguantaría mis embestidas sobre ti. Es que no lo puedo evitar.</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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fui un gorrino pues no puedo dejar de retozar en la mierda del poco cariño que
me ofreces, solo de cuando en cuando. Y como acabé asado en un horno de Aranda
de Duero, cuando era lechal, pues me da la claustrofobia cuando me arrinconas y
te acaloras por esa gotita fuera del inodoro. Pero si me ofreces esos
pezoncitos, rositas y duritos, me deshago y caigo en tus brazos. Y tú, que en tu
otra vida fuiste, claramente, gourmet de prestigio internacional, aparte de
monja de clausura e inspectora de policía, no puedes resistirte a mi suculenta longaniza.</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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trata de estirar las piernas, de exhibirse mirando al infinito o de ver al
chico más guapo del avión. Como rayos de sol en Escocia aparecéis tú y tus
curvas iluminando mis ojos, cansados de tanto ejecutivo aburrido, de tanto
sudoku sin terminar. Con tus afiladas uñas, te lanzas al cuello del sobrecargo
justo cuando abre la puerta del piloto.</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 13.5pt;">
<span lang="ES"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">– ¿Qué haces? – grito, con el pasaje
paralizado a mi alrededor.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 13.5pt;">
<span lang="ES"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">– ¡Llevemos este cacharro lejos!
¡Quiero besarte allí! – gritas con su yugular casi entre tus dientes,
quitándolo de en medio.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 13.5pt;">
<span lang="ES"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me abalanzo sobre el piloto sin
pensarlo, empuñando la cucharilla del té.<o:p></o:p></span></span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">– ¡Vamos!</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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intenta hacerse a la madrugada, de pasarla lo más rápido posible. Lo intenta en
vano. Tirita por tercera vez. Él enciende de nuevo la luz del pasillo. Abre la
puerta de su habitación. Ella se hace la dormida otra vez y oye sus pasos, muy
cerca ya. Vuelve a poner la mano en su frente, suave. Y de seguido ese beso que
le sabe a gloria, mejor que nunca. No se siente bien, pero ha decidido que no le dará más
dolores de cabeza, quiere que descanse, que duerma. Esta tarde, cuando escuchó
esa palabra, comprendió que algo no iba bien al ver la cara de Papá. ¿Qué querrá decir desahucio?</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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lo que somos. Sacas tus uñas y arañas mi lomo de roedor cuando pienso en las
musarañas. Otras veces, con pasión animal, te clavo mis dientes
felinos en tu hocico de ratita presumida. Ambos movemos los bigotes cuando algo
no nos place, acompasados, y nos partimos de risa con Tom y Jerry. Pero rondando
el tejado de tu madriguera hace un frío de cojones y déjame decirte, me tienes
aquí fuera para que, cuando me dejes entrar, ya tenga el rabito tieso, ¿verdad?</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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se mofaban sin cesar. Era objetivo de los corrillos de chismosas más
activos de toda la granja. Hablaban de ella los gansos, hablaban las ocas, las
ovejas y las vacas. Hasta los cerdos, que no son muy dados a hablar de los
demás, no podían resistir hacer comentarios. El problema de nuestra esta
gallina es que era inapetente, frígida y casta por vocación, y claro, siendo una gallina hay
que hacer honor a la fama que una tiene. Si no es así, pues cámbiate la “u” por una “a” y pásate a pata.</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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inalcanzable que nunca. No puedo dejar de amarte a pesar de todo aquello que nos destruyó, pero
es el recuerdo el que me dirige, el que me controla. Tú tratas ahora de
tocarme, de hablarme, de besarme. ¡Por todos los demonios! Deberías haberlo
hecho antes. Te das cuenta de lo tonta que fuiste, de lo mucho que me querías y
no lo demostraste por orgullo. Pues sigue intentándolo Candela, dale duro, que
cuando rompas tu caja de roble te queda la mía de pino.</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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cuando te marchaste retumba dentro de mi cerebro como si pasaras por encima de
todos esos baches, esas grietas que dejaste en mi materia gris, arañazos de tus
ausencias de viernes por la tarde. De vez en cuando ese ruido cruel cesa.
Entonces espabilo y te busco, con la esperanza de verte dado la vuelta intentando
encontrar mis ojos. Abro los brazos. Pero enseguida vuelve a sonar. Y es que solo
paras a comprobar que llevas tu horroroso reloj de platino. ¡Cómo me gustaría
hacer la rana en el río más profundo del mundo con ese puto reloj!</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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desde su habitación. Lo hace con una voz que no parece
la suya. Si voy estará de espaldas y se dará la vuelta cuando menos lo espere, con
los ojos en blanco. Prefiero esperar bajo mis sábanas a que decida venir ella y
me apuñale. Oigo los muelles de su cama y luego sus pequeños pasos descalzos, con su entrañable cojera. Sólo
me queda la esperanza de que se quede charlando con el monstruo del armario. Si no es así tendré que jugar un rato con ella y no me quedará tiempo para salir y devorar un par de vírgenes.</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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lo ve entrar en la vieja estación de tren, ahora llena de cascotes por todos
lados. Se lo imagina con ocho palmos de altura, cuando corría con su bocadillo
de chocolate en la mano, risueño, vital. Lo recuerda juguetón y bromista hasta hartar.
Javi.</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 13.5pt;">
<span lang="ES" style="color: black;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Javier llega con
dificultad a ella, le pone la papelina en la mano y se tira a su lado, cansado.<o:p></o:p></span></span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">– ¿Dónde se quedó Javi? ¿Por
qué no me sigue dando ese trozo de su bocadillo?</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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cama. Empieza a no poder cumplir con la hipoteca. Román ronca a su lado. “En
qué puta hora”, piensa mientras lo mira de reojo. Daniel, escuchando en la
habitación de al lado, con una mano se toca su beso en la frente, aún caliente,
y con la otra se arranca el siguiente incisivo para acumularlo junto a los
otros bajo la almohada. El ratoncito rescatará a su madre.</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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de la tormenta y cierro la puerta del garaje tras de mí. Me quedo en silencio,
a oscuras, resoplando. Los relámpagos se cuelan bajo la puerta y los truenos no
me dejan oír bien ese ruido que… Joder, ¿por qué no se enciende la luz? Tiento
la pared hasta encontrar el interruptor manual. Huele a podrido. Entre
parpadeos de fluorescente averiado se pasea un globo, arrastrando un hilo que
deja un rastro líquido. Una voz infantil quebrada susurra a mi espalda, “te
estábamos esperando… necesitamos brazos”.</span><div class="blogger-post-footer"><a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-text="" data-via="_ABallesteros_" data-lang="es" data-size="large" data-count="none">Twittear</a>
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