lunes, junio 13, 2011

Travieso arrepentido

Mario se despertó casi a cámara lenta. Nada le sobresaltó, no escuchó ningún ruido. Solo un tenue haz de luz que atravesaba la persiana llamaba la atención de sus vivarachos ojos. Le gustó aquel preciso y dulce instante. Buscó el botón para congelar el momento. “Lástima que ese malvado villano del Doctor Maligno lo desintegrara en su último ataque a mi fortaleza”. Soltó una corta y sincera carcajada mientras se deslizaba bajo las sábanas. Respiró profundamente y se relajó. Notó todo su cuerpo desplomado sobre el colchón, boca arriba, y la fina tela de algodón sobre él, moviéndose delicadamente al ritmo de su respiración. Susurró casi sin mover los labios, “hoy no joderé la marrana con la pelota, como dice mamá”.

6 comentarios:

  1. Mario se levanto y se sintió vacio, nada le llenaba y tampoco distinguía…no sabía lo que estaba haciendo con su vida, tenía solamente algunas cosas claras. Se sentía libre sin ataduras y no como un “animal enjaulado”, nada le ataba y todo valía. Las relaciones no le resultaban tan afrodisiacas, descubrió que tomar decisiones era cuestión de valentía en la vida para desterrar algunos miedos, sus juegos ya no eran juegos sino contratiempos. Iba con el coche hacia un día apacible los semáforos estaban en verde, le vibro el móvil una vez más…

    ResponderEliminar
  2. Han pasado quince años en la vida de Mario de un plumazo y veo que se pelea y disfruta con las mismas cosas que la gente corriente!! Nunca pretendió algo inalcanzable, corriente siempre fue suficiente para él.

    ResponderEliminar
  3. Al plantear la historia de Mario me planteo varias cuestiones;
    ¿Cómo se define “gente corriente”? entre las personas hay más diferencias que semejanzas si las analizamos, lo corriente es en algunos casos “aburrido” y poco novedoso e innovador, lo diferente es “llamativo” y “atractivo”, aunque te muevas por tierra movedizas, las anteriores son tierras firmes.
    Lo inalcanzable puede ser alcanzable si se lo plantea y actúa, si lo desea y valora en realidad o pone empeño en la meta inalcanzable, el optimismo se puede conjugar perfectamente con realidad.
    Siento la intromisión en la historia de Mario, me “atrae” frecuentemente las historias de las personas tanto de las corrientes como las que no, ya que no sé diferenciar entre ambas…

    ResponderEliminar
  4. ;-)
    Quizás, pensándolo bien, quería decir "la mayoría de la gente" en lugar de "la gente corriente", porque estoy bastante de acuerdo en lo que dices.
    Todos somos muy comunes, normales, ordinarios. En gran parte, que no únicamente, son nuestras acciones y actitudes lo que nos distinguen, y ahí si que hay grandes diferencias.
    Pero si todos somos diferente pues ser diferente es lo normal luego somos corrientes, normales.
    Me he perdido. Mola. Jajajjajajjaja.
    Mario, santíguate!!!!!!!!

    ResponderEliminar