lunes, diciembre 27, 2010

El dibujante

Luis estaba sentado en el café donde solía pasar las tardes retocando sus dibujos. Le gustaba la mesa del fondo y le molestaba cuando llegaba y estaba ocupada. Ese día estaba inquieto porque el rostro de aquel hombre al que había dibujado en el juzgado le había provocado un auténtico estado de angustia. Había trazado multitud de caras de peligrosos delincuentes, asesinos, ladrones, violadores, traficantes, pero aquella cara lo dejó temblando como un cachorro. Su mirada era cruel y transmitía no tener ningún tipo de escrúpulos. Tenía esa actitud omnipotente y sin piedad de aquel que se sabe con el poder infinito en sus manos. Ese hombre era el juez.

lunes, diciembre 20, 2010

Frío

Había estado en el salón y en la cocina todo el día, nervioso, sin poder pensar en otra cosa. Me atreví a ir un par de veces al baño, muy rápido y sin dejar de mirar hacia atrás. Tenía las manos heladas, me temblaban. Seguía pensando y diciéndome lo mismo una y otra vez.
– No puede ser, no. Llevo solo en casa tres días. No le abrí la puerta a nadie, ni siquiera nadie me llamó…-.
No se porqué me armé de valor y me decidí a entrar en mi habitación y ver si seguía allí, así que me acerqué, despacio, mientras mi sien izquierda era partida en dos por una afilada gota de sudor frío. Abrí la puerta e inmediatamente un escalofrío gélido me recorrió la espalda, allí seguía, en el espejo, esa huella, una mano pequeña, de un niño. Quise gritar y no pude.

El ramo

Y cuando se dio la vuelta en la cama notó que ya no estaba. Había estado durmiendo demasiado tiempo, tan relajado. Confió mucho en su amor sin pensar que este día pudiera llegar.
- Tuve que comprar ese ramo de rosas ayer. – pensó.
No se daba cuenta que ese amor del que estaba tan confiado desapareció hacía ya más tiempo del que se imaginaba.