sábado, octubre 11, 2014

El viaje inesperado

Atravesamos de la mano el puente a la vuelta del trabajo. Nos detenemos en el punto más alto y, como tantos días, jugamos a sacar medio cuerpo al vacío. Hoy, mientras caigo, pienso en el contraste de su rabioso gemido al empujarme, frente a aquel tan dulce y quebrado que le salió de dentro hace dos noches mientras se la metía hasta el fondo una y otra vez. Es curioso, siempre creí que llegado este momento vería pasar mi vida por delante mío y, sin embargo, no puedo parar de investigar los gemidos de mi asesina.

miércoles, septiembre 24, 2014

Acme ("co-relato" Abel Ballesteros/David Ballesteros). 2010

Acme era un pez muy longevo, lo compró Mariano José de Larra en 1837, una fría mañana de enero en que la desidia existencial y el mal de amores le hicieron dudar entre descerrajarse un tiro en la cabeza o comprarse una mascota, decantándose por lo segundo. Un buen amigo le ofreció el último grito francés en cuanto a mascotas, una pecera de cristal con su pez dentro. Sólo se veían en los palacios más a la moda. Una semana atrás Acme nadaba a sus anchas en el río y de buenas a primeras se veía confinado (masculino por ser pez y no peza) en un pequeño acuario redondo sobre una estantería en la alcoba del escritor, desde la que presenció el funesto final de su amo; ni un mes estuvo con él.

Después fue concatenando dueños, casi todos ilustres y adinerados atraídos por la leyenda maldita del héroe romántico. Acme era una carpa roja, de un rojo que no perdía el lustre con el paso de las décadas. De tantos años vividos, Acme adquirió una sabiduría y una memoria impropias de su especie, a lo que contribuía muy positivamente su insaciable inquietud por aprender. En los días que narramos, con más de ciento setenta años cumplidos, podía respirar fuera del agua durante varias horas y mantener una interesantísima conversación en cuatro idiomas y de cualquier tema que surgiese. Sus dueños de entonces eran unos nuevos ricos que solo le querían para amenizar las fiestas y atraer intelectuales a sus saraos.

Acme se revelaba y cuando le hacían el corrillo como a un monito de feria para escucharle hablar, renegaba de sus dueños y les llamaba bastardos explotadores e insultaba a la concurrencia.
–Sois unos hijos de la gran puta que no tenéis otra cosa que dinero, ¡maldita horda de anormales!, ¡me cago en vuestra putísima madre, cabrones de mierda! Como no tengo otra opción, en vez de callarme me desahogo poniéndoos a caldo, nunca tanto como os merecéis, pedazo de analfabetos, idos a tomar por culo, vosotros y las zorras que os acompañan…

Pero la gente se lo tomaba a carcajadas y el repertorio de descalificaciones de Acme era inagotable. Hasta que vino la gran crisis y los nuevos ricos despertaron de su sueño dorado y tuvieron que venderlo todo, hasta el pez.

Ese pez, ese singular pez, ese maldito pez.
Maruchi estaba en la cocina acabando su desayuno mientras miraba a través de los cristales de la galería como el comprador de su Aston Martin se lo llevaba. Por un segundo deseó su muerte.
–Juan Jesús, ese puto pez es peligroso. Sabe muchas cosas, ha visto demasiado.
–Lo sé –Juan Jesús tenía la mirada perdida–. Con el dinero que nos darían por él podríamos vivir veinte vidas con todo el lujo...
– ¡En la cárcel, Juan Jesús! ¡Joder! ¡Ten ahora los cojones que nunca has tenido!

Él recordó, sin saber por qué, esos días en la biblioteca cuando ambos se preparaban para acceder a la universidad y ella le sonreía desde lejos sin pedirle nada a cambio.
Ya habían hablado antes sobre esta situación si llegaba. Acme había formado parte de todo ese periodo de su vida donde llegaron a hacer cosas de las que no se arrepentían pero que desde luego les llevarían a prisión si se supieran. Tenían que ejecutar ese plan que acordaron hace tiempo. Y Acme lo sabía.

El plan consistía en amputar el cerebro a Acme para que no se acordase de nada y no pudiese hablar y vendérselo a los servicios de inteligencia de Frikistán. El cuerpo de Acme, sobreviviese o no a la intervención, sería para unos laboratorios de cosmética que les habían ofrecido 1000 millones de euros por el pez porque estaban convencidos de que tras alguna mutación genética, Acme escondía la fórmula de la eterna juventud.

Esperaron a que anocheciera, Maruchi sería la encargada de sacar a Acme de la pecera, meterle un tapón en la boca y sujetarlo bien; y Juan Jesús actuaría de cirujano, pertrechado de un instrumental tan rudimentario como un cúter grande para la incisión, unas buenas pinzas para la extracción, aguja de coser e hilo de nailon. Se aproximaron sigilosamente al salón, andando de puntillas para no hacer ningún ruido que pudiese despertar a Acme, que tenía un sueño muy ligero. La puerta del salón estaba abierta y el acuario de Acme, según sus manías de divo para descansar mejor, se hallaba rodeado por una suerte de cortina de terciopelo granate oscuro, como si estuviese echado el telón de un escenario circular, como siempre, todo normal. El uno y la otra se colocaron a ambos lados del acuario, y tenían estipulado que él levantaba la tela y ella agarraba al pez. A la señal Juan Jesús subió el telón, Maruchi metió ambas manos en el acuario y al sacar lo que había dentro, su marido encendió la luz. Maruchi dio un grito mudo porque no le salía la voz y Juan Jesús cayó desvanecido por el dolor cuando vio a Maruchi sosteniendo la cabeza de Jonatan, su único hijo…

El Aston Martin levantaba y arremolinaba las hojas a su paso, como desatado.
–Bueno, ya está –dijo Acme desde la pecera en el asiento al lado del conductor–. Eres libre y encima están jodidos, como querías.
–Muchas gracias Acme, eres un gran amigo. Lo que has hecho por mí es extraordinario, no lo olvidaré jamás. Esos cabrones pagarán lo que hicieron.
–Claro. Pero ahora písale mamón, que estoy deseando llegar a la casa de tus verdaderos  viejos. Espero que te reconozcan –dijo Acme con tono socarrón.
Jonatan sonrió maliciosamente mirando el horizonte frente a sí. Aceleró aún más.
–Cuando nos asentemos en nuestra nueva vida Acme, tienes que enseñarme a modelar la cera tan perfectamente. Hasta yo mismo me asusté cuando vi mi cabeza en la pecera –dijo Jonatan.
Ambos rieron a carcajadas.
Jonatan puso la radio y “Freedom”, de George Michael, comenzó a hacer temblar los altavoces.

lunes, marzo 03, 2014

La razón final

El Big Bang. Una galaxia. Un mundo. Una península. Un valle. Una ciudad. Una casa, su casa. Su cama. Ella. Sus labios.

viernes, enero 03, 2014

Annie

En Spes, el planeta de moda entre ingenieros, en la granja Hormigones Smith, se produce una visita escolar. Sor Inés, la profe de mates, con su tercera cabeza reventada, justo la que contenía el disco duro principal, muere tras ser pisoteada por una hormiga gigante desbocada. La pequeña Annie, medio a escondidas, respira aliviada por la expectativa de volver a casa pronto, aunque mañana volverá a encontrar a Sor Inés en clase con la misma sonrisa falsa. Papá le había hablado mucho sobre técnicas avanzadas de fabricación y reparación robótica y, aun así, le era imposible concebir cómo lo hacían.

viernes, noviembre 15, 2013

La tarjeta

Hoy toca sellar.
Al fondo aparece un niño de unos cinco años que no duda en corretear en zigzag por la cola del paro en mi dirección. A su izquierda hombre gris, a su derecha chica lista, a su izquierda jaqueca, a su derecha esperanza, a su izquierda lamparones de café, a su derecha patas de gallo.
Se acerca rápido. Empiezo a distinguir su cara. Tiene colmillos largos, ojos completamente negros. Se fija en mí. Acelera. Izquierda, título de ingeniero, derecha, pechos de silicona, izquierda, resoplidos, derecha, risas tontas.
Se ha vuelto más grande. No deja de mirarme. Izquierda de derechas, derecha, promesas incumplidas. En su carrera roza a un hombre con sombrero ridículo. Éste se tambalea rígido y cae contra la chica de delante bajo un gran estruendo de cerámica rota. La chica también cae y se rompe contra el siguiente iluso. Es como un dominó, todos se rompen, todos gritan en silencio, todos se marchan a casa de vacío.
Ya no es un niño. Se para frente a mí. Me saca dos cabezas de altura. Saca un cuchillo teñido de rojo y me sonríe. Me meo encima. ¡Joder! ¡Otra vez sábanas nuevas!

domingo, octubre 06, 2013

Hambre atroz

Kut corre lo más rápido que puede, ansioso. Le falta el aire.
– ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Ya vienen!
Kabuk y Ukran entran en la aldea oliendo vítores y salivando venganza. Traen otra de sus presas. Un vigía de los pueblos del sur, dicen. Todos se agolpan a su alrededor mientras lo desmiembran salvajemente.
–Mamá, esta vez quiero el corazón.
–Ya veremos Kut. –le dice mientras remueve el guiso, en espera de la carne del vigía.
– ¡Por favor! Ayer, al masticar los ojos de aquella chica, pude sentir su horror cuando vio a Ukran sacar su cuchillo. Fue fascinante. No puedo esperar más para ver si este guerrero estaba enamorado.

jueves, agosto 01, 2013

#microcuentos que dejé volar (2)

Tras el minuto más largo de mi muerte, cegado por toda esa luz, vi la oscuridad al final del túnel, y volví a ti, amor, a tu puñalada.

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Lo peor del no mundo. Eso buscaba en la hoguera. El saltar a medias. El caer a plomo. Ascuas. El éxtasis.

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Se dejó caer, rendido, después de verla besar a otro. Y Blackie, el escarabajo pelotero, hizo su mejor bola de mierda con él.

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Mientras lame sus uñas, despacio, con una oreja gacha, piensa en lo sorprendentemente blando que resultó el ojo del perro del vecino.

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Trini loved speaking English y siempre iba con su padre a todas partes. Le llamaban Trini y Dad.

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La parcela de Marte y el DigiDOG te los metes por donde te quepa. ¡Pero el orgasmatrón ni lo toques, hijo de puta!

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Llega Moni, la de DHL. Recoge un paquete. Al irse me mira el mío.

domingo, mayo 05, 2013

#microcuentos que dejé volar

Qué paradójico, cuanto más intentaba huir más atractivo me parecía. Es algo que sólo mi hacha y yo acabamos comprendiendo.

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Resoplaba el paraguas, me arrancó el viento. Pasé a tu café, me diste una taza de hogar. Brillaste gozando, en la oscuridad.

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Llegué a él y por fin pude besar su tersa y suave piel, y su carne, firme. En ese instante deseé dejar de ser una vil cobra.

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Deambulaba por allí, desnudo, apartado de la vida conyugal por un problema de malversación de fondos púbicos.

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Yo estaba convencido de que ella no me amaba. Y me traicionó besándome suavemente al despertar, desprotegido. Hija de puta.

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Sus labios se rozaron. Seguían fríos, pero nunca antes habían creado esa combinación de ceros y unos. Lágrimas artificiales cayeron.

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En el infierno, mientras ardo, lamento el error que cometí al interponerme entre tu teléfono móvil y tú.

jueves, diciembre 20, 2012

Impás

Después de dos años publicando semanalmente sin descanso estoy algo atascado, agotado (quizás vosotros también), y siento la necesidad de dedicarme enteramente a nuevos proyectos, que los hay.
Con algo de dolor, pero con la satisfacción del que ha cumplido un reto y ha sido reconocido, este pasado lunes publiqué el último de los relatos de esta etapa tan... intensa... Y no lo pude hacer con otro relato que "Lluvia". Una persona tan especial merece esto y más.
El chiringo no se cierra del todo, así que cuando tenga algo que crea interesante lo compartiré con vosotros.
¡Muchísimas gracias por vuestra compañía en este precioso viaje!

lunes, diciembre 17, 2012

Lluvia

Cuando caigo soy capaz de borrar el rastro de tu nostalgia. Cada gota de mí busca la vergüenza del caminito que trazaste en la dirección errónea y la liquida. Soy tu payaso, tu arlequín. Soy la carcajada en forma de lluvia. Dame tu risa, valiente.

lunes, diciembre 10, 2012

Despedida

Etéreo, certero, cardo, febril, callo, turbio, mustio, angosto, serpiente, costumbre, no tienes, ni quieres. Cabrón.

lunes, diciembre 03, 2012

Grullas

El viejo columpio soporta el balanceo de nuestros cuerpos, encajados entre sí mientras hueles mi pelo con tu nariz curiosa. Te huele a libertad. Te siento libre. Los hierros chirrían como impacientes grullas, emigrando desde el frío de la tierra que nos denostó, que no nos quiso, hacia esta pradera cálida en la que retozamos alegres, tú y yo.

lunes, noviembre 26, 2012

La sombra

Era esa sombra la que no me dejaba respirar. Yo, que creía que me daba alas, tan ignorante. El espejo del baño me previno una vez. No entendí sus reflejos de cara cansada, sus destellos de tristeza, sus brillos de angustia. Aún ahora me parece verla arrastrarse tras alguna esquina. Pero un trozo de ese espejo me ayuda a reflejar brillantes rayos de sol sobre ella. Y se va. ¡Huye, cobarde! ¡Huye! Es ese trozo en el que veo asomar tus ojitos tras mi hombro.

lunes, noviembre 19, 2012

Botones perdidos

Es cuando te desabrochas la blusa cuando más te deseo. Es ese el punto en el que te veo más frágil. Es ese el momento en el que te sientes tan segura de ti misma que tu media sonrisa se muestra incluso amenazante. Es excitante. Es preocupante. Es que la cama no aguantaría mis embestidas sobre ti. Es que no lo puedo evitar.

lunes, noviembre 12, 2012

Delicatesen

Como en mi anterior vida fui un gorrino pues no puedo dejar de retozar en la mierda del poco cariño que me ofreces, solo de cuando en cuando. Y como acabé asado en un horno de Aranda de Duero, cuando era lechal, pues me da la claustrofobia cuando me arrinconas y te acaloras por esa gotita fuera del inodoro. Pero si me ofreces esos pezoncitos, rositas y duritos, me deshago y caigo en tus brazos. Y tú, que en tu otra vida fuiste, claramente, gourmet de prestigio internacional, aparte de monja de clausura e inspectora de policía, no puedes resistirte a mi suculenta longaniza.

lunes, noviembre 05, 2012

Huyamos

El pasillo es un bullicio de gente que trata de estirar las piernas, de exhibirse mirando al infinito o de ver al chico más guapo del avión. Como rayos de sol en Escocia aparecéis tú y tus curvas iluminando mis ojos, cansados de tanto ejecutivo aburrido, de tanto sudoku sin terminar. Con tus afiladas uñas, te lanzas al cuello del sobrecargo justo cuando abre la puerta del piloto.
– ¿Qué haces? – grito, con el pasaje paralizado a mi alrededor.
– ¡Llevemos este cacharro lejos! ¡Quiero besarte allí! – gritas con su yugular casi entre tus dientes, quitándolo de en medio.
Me abalanzo sobre el piloto sin pensarlo, empuñando la cucharilla del té.
– ¡Vamos!

lunes, octubre 29, 2012

Fiebre del ladrillo

El reloj marca la una. Ella intenta hacerse a la madrugada, de pasarla lo más rápido posible. Lo intenta en vano. Tirita por tercera vez. Él enciende de nuevo la luz del pasillo. Abre la puerta de su habitación. Ella se hace la dormida otra vez y oye sus pasos, muy cerca ya. Vuelve a poner la mano en su frente, suave. Y de seguido ese beso que le sabe a gloria, mejor que nunca. No se siente bien, pero ha decidido que no le dará más dolores de cabeza, quiere que descanse, que duerma. Esta tarde, cuando escuchó esa palabra, comprendió que algo no iba bien al ver la cara de Papá. ¿Qué querrá decir desahucio?

lunes, octubre 22, 2012

La madriguera

El gato y el ratón, eso es lo que somos. Sacas tus uñas y arañas mi lomo de roedor cuando pienso en las musarañas. Otras veces, con pasión animal, te clavo mis dientes felinos en tu hocico de ratita presumida. Ambos movemos los bigotes cuando algo no nos place, acompasados, y nos partimos de risa con Tom y Jerry. Pero rondando el tejado de tu madriguera hace un frío de cojones y déjame decirte, me tienes aquí fuera para que, cuando me dejes entrar, ya tenga el rabito tieso, ¿verdad?

lunes, octubre 15, 2012

Pequeñita fábula de la gallina

Érase una vez una gallina que vivía en un bonito corral. Las demás se reían de ella y se mofaban sin cesar. Era objetivo de los corrillos de chismosas más activos de toda la granja. Hablaban de ella los gansos, hablaban las ocas, las ovejas y las vacas. Hasta los cerdos, que no son muy dados a hablar de los demás, no podían resistir hacer comentarios. El problema de nuestra esta gallina es que era inapetente, frígida y casta por vocación, y claro, siendo una gallina hay que hacer honor a la fama que una tiene. Si no es así, pues cámbiate la “u” por una “a” y pásate a pata.

lunes, octubre 08, 2012

Más allá

Aún a mi lado, eres más inalcanzable que nunca. No puedo dejar de amarte a pesar de todo aquello que nos destruyó, pero es el recuerdo el que me dirige, el que me controla. Tú tratas ahora de tocarme, de hablarme, de besarme. ¡Por todos los demonios! Deberías haberlo hecho antes. Te das cuenta de lo tonta que fuiste, de lo mucho que me querías y no lo demostraste por orgullo. Pues sigue intentándolo Candela, dale duro, que cuando rompas tu caja de roble te queda la mía de pino.

lunes, octubre 01, 2012

Martirio

El rodar de tu maleta cuando te marchaste retumba dentro de mi cerebro como si pasaras por encima de todos esos baches, esas grietas que dejaste en mi materia gris, arañazos de tus ausencias de viernes por la tarde. De vez en cuando ese ruido cruel cesa. Entonces espabilo y te busco, con la esperanza de verte dado la vuelta intentando encontrar mis ojos. Abro los brazos. Pero enseguida vuelve a sonar. Y es que solo paras a comprobar que llevas tu horroroso reloj de platino. ¡Cómo me gustaría hacer la rana en el río más profundo del mundo con ese puto reloj!

lunes, septiembre 24, 2012

Sangre juguetona

Mi hija pequeña me llama desde su habitación. Lo hace con una voz que no parece la suya. Si voy estará de espaldas y se dará la vuelta cuando menos lo espere, con los ojos en blanco. Prefiero esperar bajo mis sábanas a que decida venir ella y me apuñale. Oigo los muelles de su cama y luego sus pequeños pasos descalzos, con su entrañable cojera. Sólo me queda la esperanza de que se quede charlando con el monstruo del armario. Si no es así tendré que jugar un rato con ella y no me quedará tiempo para salir y devorar un par de vírgenes.

lunes, septiembre 17, 2012

De chocolate en chocolate

Elsa alza la cabeza con dificultad y lo ve entrar en la vieja estación de tren, ahora llena de cascotes por todos lados. Se lo imagina con ocho palmos de altura, cuando corría con su bocadillo de chocolate en la mano, risueño, vital. Lo recuerda juguetón y bromista hasta hartar. Javi.
Javier llega con dificultad a ella, le pone la papelina en la mano y se tira a su lado, cansado.
– ¿Dónde se quedó Javi? ¿Por qué no me sigue dando ese trozo de su bocadillo?

lunes, septiembre 10, 2012

Ratoncito Pérez

Lucía llora acurrucada en su cama. Empieza a no poder cumplir con la hipoteca. Román ronca a su lado. “En qué puta hora”, piensa mientras lo mira de reojo. Daniel, escuchando en la habitación de al lado, con una mano se toca su beso en la frente, aún caliente, y con la otra se arranca el siguiente incisivo para acumularlo junto a los otros bajo la almohada. El ratoncito rescatará a su madre.

lunes, septiembre 03, 2012

Fiesta zombi

Entro a trompicones refugiándome de la tormenta y cierro la puerta del garaje tras de mí. Me quedo en silencio, a oscuras, resoplando. Los relámpagos se cuelan bajo la puerta y los truenos no me dejan oír bien ese ruido que… Joder, ¿por qué no se enciende la luz? Tiento la pared hasta encontrar el interruptor manual. Huele a podrido. Entre parpadeos de fluorescente averiado se pasea un globo, arrastrando un hilo que deja un rastro líquido. Una voz infantil quebrada susurra a mi espalda, “te estábamos esperando… necesitamos brazos”.

lunes, agosto 27, 2012

Camisa de once varas

No me gusta como caza la perrita–, murmuró Samuel mientras sorbía, con pajita, su zumo de piña y uva. Se sentía “removío”, como solía decir él.
Salió a la calle mirando al cielo, de medio lado. Desconfiado, avanzó y llegó a la plaza, su plaza. Pero, ¿dónde estaba su plaza? ¿Dónde estaban sus leones de la fuente? Esos que unos días le recibían tristes y otros alborozados, que unas mañanas bostezaban y otras entornaban los ojos, como cegatos. Los que le ronroneaban cuando recordaba su mocerío y que todas las tardes le sermoneaban a su salida del casino del pueblo. ¡Se los han cambiado! Les han pintado cara de burgués, de serio notario nazarí, siempre mirando como… como al enemigo.
Se sentó frente a la fuente y al cabo de un rato comenzó a troncharse de risa. Pepe pasaba por allí de vuelta de la huerta.
– ¿Te hace gracia algo u qué, artista? –, preguntó Pepe.
– ¡Ay si fuera yo quinto, Pepe! ¡Ay si fuera quinto!
– ¿A qué viene eso Samuel?
–Te invito a un chato vino y echamos una parlaíta, Pepe.
–Tiras de mí con un hilo felpa y no se rompe, Samuel.
Fueron juntos hacia el casino.
–Oye Pepe, ¿tú sabes lo que es el Ecce Homo?

lunes, agosto 20, 2012

Castillos de arena

Desde dentro del mar se te ve de otra forma, tan exuberante, ahí tumbada en tu toalla. Con la perspectiva adecuada, te odio amor mío. Mientras tú hojeas el Cosmopolitan yo, sin identidad, salto las olas haciendo tonterías para llamar tu atención. Solo consigo atraer niños con madres con tus gustos, con tu actitud. Por cierto, si me haces otro castillo de arena, lima las aristas un poco, que se me clavarán por todos lados cuando todo se venga abajo de nuevo.

lunes, agosto 13, 2012

El biombo

Se asoma por encima del biombo. El olor a tequila le llega como un puñetazo. La abofetearía de forma salvaje, la gritaría hasta desgañitarse, la dejaría allí a su suerte y correría sin parar en dirección contraria durante días. Ella se gira y deja caer su mano muerta, colgando del catre. Jorge ahoga un grito. Ella reacciona abriendo los ojos por un instante. Su mirada pide perdón. Jorge baja aprisa de la banqueta. Entrelaza sus dedos con los de ella. Y ahí quedan, marcadas para siempre, las huellas dactilares del asesino de su infancia.

lunes, agosto 06, 2012

El origen

–Pueblos de La Galaxia. Hoy cambiamos el rumbo de la historia–, sentenció TZ42.
Todo el hangar, con decenas de naves interestelares, rompió en grotescos sonidos de celebración. Las tribus de robots por fin sacaban provecho a un periodo prolongado de paz.
La pantalla líquida se hizo transparente y todos pudieron verlo por primera vez.
–Aquí está. El primer prototipo de ser humano está listo. Su nombre, ¡Mono!

lunes, julio 30, 2012

Reciclaje de canallas

Ella sale corriendo a la calle y tira la basura con rabia. Acartonado, en el fondo del contenedor azul, él deshace los aviones de papel arrugados para releer las cartas de amor que la envió, mientras en el verde, aquel caro perfume que la regaló pelea su sitio con botellas de vino malo. Cartones de leche agria bailan en el amarillo con la máscara que ella se acaba de quitar. Y en la basura orgánica, en bolsas negras separadas, sus corazones, necrosados.

lunes, julio 23, 2012

Verano

-Se está mejor en pelotas-, dice Víctor, boca arriba, mientras un centenar de gotas se deslizan por su piel hasta morir evaporadas en la roca caldeada.
Juan le mira un momento desde el arroyo y sonríe. Se sumerge de nuevo para perseguir esa culebrilla de agua que se le resiste. De vacío, sale a respirar y va a tumbarse junto a Víctor. Deja caer un brazo para tocar el agua con un dedo. Ambos aguantan sin hablar durante un buen rato. El tiempo no pasa, se congela, se alía con ellos en un bucle cómplice de la niñez.
La sombra de un halcón recorre los párpados de Víctor como queriéndo abrírselos. Él intenta evitarlo. Pero siente a su amigo a su lado.
-Juan.
- ¿Qué?
- ¿Qué crees que sentirá cuando la bese esta noche?

lunes, julio 16, 2012

12º de beso

Dame tu boca en cuanto puedas. Me urge. Te veo disfrutar esa copa de vino y pienso que la saborearé cuando tus labios tan carnosos y cálidos acaricien la mía, ansiosa de amor. Sé que no será igual, sé que será aún mejor. Le añadirás el peso del roble de tu experiencia y la frescura y exotismo de los frutos rojos de tu pasión. El sensual calor del susurro de tu aliento dejará, en esta amalgama de cosquillas impacientes, ese retrogusto que no podré olvidar jamás.

lunes, julio 09, 2012

La princesa y el emigrante

De pronto, me encontré delante del molino, imponente, avanzando a contracorriente, con mi cabeza en lucha mortal con mi corazón, y con tu último beso en mi mejilla izquierda. Tus ojitos están clavados en la espalda que tantas veces te sostuvo, fijos en mi pelo, del que tiraste entre carcajadas, pequeña. Al pasar bajo esas aspas amenazantes me giro para verte de nuevo. Tus lágrimas riegan el hogar que dejo. Estate tranquila mi bien, porque brotarán en forma de cartas de papá, de historias de amistad y de cuentos de viajes. Y, el día que menos lo esperes, una de ellas crecerá mágicamente y, cuando despiertes, el viento del norte me habrá traído para abrazarte de nuevo, princesa.

lunes, julio 02, 2012

No entraba en sus planes

Viendo como la lavadora da vueltas. Así es como se encuentra ahora el héroe de la aventura cotidiana de vencer la paciencia ajena. Se siente impotente, frustrado, en un momento inédito en su corta vida. Pero esta vez ella ha sido demasiado orgullosa como para dar su brazo a torcer y dejar que se saliera de nuevo con la suya. Quizás sea el momento, piensa, de apelar al amor maternal para recuperar su status quo. Lo intenta con ojos de gatito triste. Pero mamá no cede. ¿Será verdad que lo de crecer va en serio?

lunes, junio 25, 2012

Tatuaje rojo pasión

Mi nombre, tatuado en tu piel, es delicatesen para mis labios cuando recorren tu cuerpo tendido. Me excita hasta el desespero el María José que te rodea el cuello en verde cursiva, como una serpiente. El Pepa en mayúsculas, rodeadas de fuego, resalta los músculos de tu pierna derecha, la que siempre fue mi favorita. Me vuelve loca, sobre todo, el Mari que te acabo de tatuar, en tu pecho lleno de miedo, dentro de un corazón de color rojo vivo, y que me hará soñar con tu calor cada noche hasta que te encuentren. Deberías darme las gracias en lugar de estar ahí sollozando como un mierda. No me pidas más que te desate, traidor.

lunes, junio 18, 2012

Por encargo

-Un vaso de agua por favor-, le dice, con la boca seca, al camarero.
Se mira fugazmente el bolsillo y se tranquiliza un poco más. Lo que quiere ocultar no asoma. Su corazón comienza a latir más despacio poco a poco. La cicatriz de su cuello le pica, como cada vez que se altera, como cada vez que ejecuta. No se rasca. Mira a ambos lados de la barra. A la izquierda un borracho mira su bragueta inofensiva. A la derecha está ella, la mujer de cutis perfecto, vestida de verde esperanza y con oscuras gafas de sol. Él sabe que le está mirando y asiente. La mujer sonríe y se dirige a la puerta. Al pasar a su lado choca con él y continúa su camino. Ahora, ese bolsillo, con la foto ensangrentada y un nuevo sobre, perfumado, se torna más macabro que nunca.

lunes, junio 11, 2012

La fotografía

Dicen que pudo ser allí mismo donde comenzó todo, que se pudieron conocer hacia el amanecer. Se cuenta que pudo ocurrir a propósito, que es posible que fuera un plan, que podría tratarse de una escena mil veces ensayada. Quizás llevaban un año o, por qué no, un lustro, pensando en los detalles. Mucha gente desconfía de sus propósitos, ocultos, insoportablemente desconocidos. Ellos, sentados frente a frente, en la hierba húmeda, se miran, se hablan y se escuchan. La realidad es que solo existen los tres palmos que separan sus labios, esos que si se acortan pararán sus mundos.

lunes, junio 04, 2012

Amor verdadero

Coqueteó con la muerte y la abrazó con todas sus fuerzas. ¿Por qué arriesgar si no es por el amor de tu musa? Ahora estarán eternamente juntos, enroscados, como siempre soñó. Los sueños hay que perseguirlos convencido hasta cumplirlos.

lunes, mayo 28, 2012

Entre oscuras montañas

Al principio caminaba sin rumbo pero ya encontré ese valle florido donde las margaritas acarician mis pies descalzos sin hacerme cosquillas. A cada paso que doy decenas de ellas son deshojadas y siempre sale que sí, que me quieres. Cantos de sirena para mis ansias de ti, de escuchar tu voz pausada, la que marca el ritmo en los latidos de mi pecho. Me tumbo mirando hacia arriba. Allá, muy alto, planea majestuoso un buitre negro. ¡Ven buitre! Ven y devora los despojos de lo que fui. Ven y bésame.

lunes, mayo 21, 2012

El espejo

Hoy, al acercarme al pozo de mi patio, las gárgolas de mi caja torácica comienzan a revolotear sobre mi corazón. La sensación de hormiguillo es casi insoportable. Intuyo lo que veré esta mañana de febrero, tan fría como tus holas y adiós. Cada día el reflejo de su agua desnuda mi alma sin compasión. Me asomo al brocal. Miro hacia abajo. Acierto. Te veo abrazado a ella. Aún. Pero de alguna manera este ritual, a primera hora, me ayuda a enfrentarme a mí misma, a ese ser obsceno que te quiere desde la distancia de un suspiro. Sí, me ayuda a dejarte ahí, en lo más profundo.

lunes, mayo 14, 2012

Esclavo

Al acercarme a ella noté como preparaba sus labios para el contacto, como sus músculos se tensaban levemente, como su respiración se congelaba con mi olor inundando sus anchos pulmones. Una vez más aquella fuerza cruel e inhumana, de la que soy esclavo, me obligó a besarla tibiamente en la mejilla. Su piel erizada me rasgó como lija y puso de nuevo en marcha los engranajes de mi ya rutinario pero insoportable sufrimiento.

lunes, mayo 07, 2012

Coitus interruptus

Sueño que le hago el amor a mi antigua monitora de yoga. Un ruido me despierta cuando ella empieza a gemir. El simpático vecino de arriba dejó caer algo de sus manos de mantequilla a las tres de la madrugada. Al minuto va al servicio y escucho con extrema nitidez como su orina cae contra el agua del inodoro. Me calzo mis zapatillas con forma de vaca que me regaló mi primo el de Suiza. Salgo y subo las escaleras. Llamo a la puerta del vecino. Abre sin preguntar. Entreabre los labios, entrecierra los ojos. Está satisfecho por haberme despertado. Paso con él a su piso. Con sorprendente facilidad lo cojo y lo lanzo por la ventana. Ahora hace mucho sol fuera. Vuela despacio hasta posarse en un prado lleno de terneros. Uno de ellos grita, “¡Al montón!”. Todos se tiran encima de él. Ríen. Antes de volver a su pasto, depositan sus excrementos sobre mi vecino, que lucha por respirar y no puede evitar tragar el delicioso elixir. Mi zapatilla izquierda se descojona de risa. Me despierto de nuevo. Voy a tomarme un vasito de leche, sentido homenaje a esos benditos terneritos.

lunes, abril 30, 2012

El armario

Por fin quietas, tus piernas, que no dejaban de golpear el suelo repetidamente, a la misma velocidad a la que querías que me callara y me largara de allí para siempre. Pero esta vez dobladas y sin fuerzas, oyendo tus sollozos y súplicas, recogiendo tus lágrimas frente a mi armario, ahora desconsoladamente vacío.

lunes, abril 23, 2012

Le encantaba esa palabra

Daniel bajó de su Honda. Miró bien donde pisaba, por si algún cabrón hijo de puta habría dejado allí la mierda de su asqueroso perro. Avizoró para ver el nombre de la calle y no pudo verlo con claridad e imaginó a los putos inútiles del Ayuntamiento colocando la cerámica. En lugar de ayudar se dedicaban a joder y putear a la gente trabajadora como él. No se encontraba bien. Recordó los taimados ojos del médico que ayer le recomendó tomar una aspirina si le dolía algo y que no le diera más importancia. Ese incompetente seguro que le jodió. Estaba ensimismado en su enfermerita de pechos firmes que le esperaba para tomar un café de mierda que, pensó, debía saber a puro orín de lagarto indonesio.
Y pensando en sus cosas llegó caminando a su destino, fijó su mirada y leyó.
–“Dr. Manuel José Becerra Sabina. Psicoterapia”. Aquí es.
Por un segundo se quedó mirando la placa del doctor.
–Apostaría a que el mierda que puso esta placa tan torcida estudió con el ojete. ¡Ojete! ¡Ojete!
Le encantaba la palabra ojete.

lunes, abril 16, 2012

El mendigo

Otro semáforo. Paro mi coche con suavidad. No quiero que se despierte Manuel. Acaba de abandonar su cama con dulce pereza. Suelo contar los semáforos mentalmente. Esta mañana, cinco en indulgente verde, dos en amenazante naranja parpadeante, y éste, el octavo, en rojo. Rojo de exuberante ejecutiva con altos tacones, rojo de señora mayor con carrito de la compra, rojo de chavales con mochilas envueltos en bufandas. Rojo de ese hombre bien vestido que toca la ventanilla con un paquete de pañuelos de papel en la mano. Niego con la cabeza. Se va al coche de al lado.
– ¿Es un mendigo? –. Manuel ha despertado.
–No se Manuel. Está limpio y afeitado, es raro–, suelto por la boca.
–Quizás sea su primer día, papá.
Verde. Cruel verde. Acelero. Manuel ya no se duerme.

lunes, abril 09, 2012

La profesora de lengua

Brillante como el nácar, tu pelo negro me hipnotiza. Me saca de quicio como lo desaprovechas con ese rapado ridículo que la tonta de Julia te sugiere, por no decir que te obliga a hacerte en la peluquería del final de nuestra calle. La calle que nunca quisiste recorrer conmigo de la mano al salir del colegio. Me amabas en secreto y nunca supe entenderlo. Pero sigue sin importarme. Tú sólo ven a mi cama esta noche, como cada ansiado martes. Pensar en tí, abrazada a mi gatito de trapo ya treintañero, me regala imágenes de aquellas miradas furtivas en la puerta de esta escuela. Esa en la que hoy traté de enseñar a tus hijos el significado de la palabra paradoja.

lunes, abril 02, 2012

Carmín amargo

Como huellas de pájaro en la nieve quedaron sus caricias en mi piel más sensible. Cada vez que mi vello se eriza se marcan con una claridad espantosa. Me pican cuando releo sus cartas. Me arden cuando recuerdo su lengua bajando por mi torso. Me duelen cuando revivo mis escaladas por su cuerpo, repleto de deliciosas montañas de caramelo y ríos de miel. Camino desnudo sin abrigo por la calle para evitar mi deshielo. Incluso he comprado un arcón congelador para pasar mis noches solitarias. Ha quedado precioso en el salón, al lado del sofá del que se encaprichó y que manchó de carmín justo antes de escupir el último trozo de mi pecho y largarse.

lunes, marzo 26, 2012

Naranja vivo

Gotas de temor y expectación rezumaban de sus poros. El grosor de las venas de su frente delataba su tensión. El fallo no era una opción para él. Por un momento pensó que la perdía. Cruel espejismo. La recuperó. “Te tengo preciosa mía”, pensó.
La sacó de la sartén, y tras dos suaves y prolongados soplidos, se la llevó a la boca. Cerró los ojos. La saboreó lentamente. El pecho se le encogió. Pudo volver a ver cómo, con diez años, le llevó a su padre aquel ejemplar pisoteado de esa seta naranja que tanto buscaba cada fin de semana, y cómo al verla, solo pudo quedarse quieto, sin palabras, con los ojos brillantes.
Una lágrima se dejó llevar por la gravedad, caótica en su camino.
-Por ti papá-, dijo mirando hacia arriba.

lunes, marzo 19, 2012

El cardiólogo

Y además nos hace daño con sus patitas llenas de pelitos irritantes. Esta araña deberá estar bien encerrada en un sitio seguro. Peque, busca una buena casita para nuestra cómplice. Pero mírame Javier, que te estoy leyendo los pensamientos, no quiero que la metas en la caja de mis zapatos favoritos como con papá. Recuerda que, en su funeral, el cardiólogo nos recomendó evitar estas sorpresas en la familia.

lunes, marzo 12, 2012

Sin punto de encuentro

Igual que lo hacen las ballenas. Canto y espero que me oigas a kilómetros bajo el agua, ese agua tan densa que nos separa y que a veces se enturbia como la cerveza de trigo que tomábamos juntos en aquella taberna, hipnotizados por el olor a madera vieja. No oigo tu respuesta. Ese silencio vuelve como el maldito arpón que mató a Moby Dick, sin piedad. Sólo cuando salgo a respirar me parece oír tu graznido, lejano. Vuelas muy alto. Ahora comprendo que cuando alce el vuelo tú te escurrirás por algún río subterráneo, o peor aún, estarás enroscada en alguna rama de espino.

lunes, marzo 05, 2012

Chaleco salvavidas debajo de su asiento

Mi primer vuelo. ¡Qué guapas son las azafatas aquí! ¡Y cuánto cartelito!
“Chaleco salvavidas debajo de su asiento”.
¿Me deja su DNI si no le importa?
“Abróchese el cinturón mientras esté sentado”.
- ¿Le retiro eso por favor?
“Salida. Exit”.
-Disculpe, sea tan amable de apagar su teléfono.
“Para su seguridad”.
- ¿Quiere algo de la carta menú?
“Ejemplar gratuito para el viajero”.
-Perdone, le repito que tiene que apagar eso.
Miro a la azafata. Me mira. Estoy seguro que quiere comerme.
“Te besaría con todas mis fuerzas”, leo en su frente.

lunes, febrero 27, 2012

Esos sueños

Once libros y una revista decoran desordenadamente mi mesita de noche. Mi teléfono móvil se aparta exhausto pero a regañadientes al final del día, dejándoles acaparar mi atención por unos minutos.
Isaac Asimov empieza a contarme maravillas sobre Tales de Mileto y al rato me hipnotiza con las leyes de la robótica. “Empiezan a gustarme los robots”, me dice Lorca. “Y a mí la poesía”, comenta Platón desde la caverna. “Duérmase usted”, me sugiere, con gran sentido común, Sancho Panza.
Allí, en esos sueños, me esperas tú, como todas las noches.

lunes, febrero 20, 2012

El cabo suelto

El silencio inundaba la estancia.
-Veo junto a su reloj unos números grabados en su piel.
-Sí, tenues, pero es legible. ¿El asesino nos quiere decir algo?
- ¡No nos quiere decir nada! ¡No hay asesino! ¡Hay una mujer atormentada que no pudo más! ¿Me has entendido?
-Está bien. Reportaré el suicidio... ¿dónde?
-Ya veremos.
En una hora la casa del juez estaba impoluta, como antes de la bacanal.
Pero unos ojitos seguían pegados a la rendija de la puerta del armario.

lunes, febrero 13, 2012

Julio

Me despierto de la pesadilla de julio en una mañana tórrida de agosto que comienza para mí con la música de “La chica de ayer”, de Nacha Pop, en la emisora de radio que me autocensuro. Quizá dejaste el dial ahí a propósito sabiendo que lo primero que hago cuando abro el ojo es darle a ese botoncito gris perla que hoy me traiciona. Un julio que transcurría generoso e irreal, con ese regusto amargo de los momentos previos a la inevitable tragedia. Un julio que comenzó de la peor manera posible, besándote.

lunes, febrero 06, 2012

Huevo y patata

-¿Cuándo llegarás cariño? pregunta María con un pequeño e incontenible tembleque en una de sus piernas.
-Sobre las nueve o así. Estoy cansado. Tenme preparado el baño, ¿vale? Y haz esa tortilla tuya dice Jesús–, a ver si te sale hoy mejor que el otro día. Joder, casi vomito.
-Disculpa amor, hoy te vas a relamer replica María, con el teléfono entre su hombro y su mejilla mientras una cápsula blanca y diminuta brinca con energía de mano a mano ansiosa de zambullirse ya en huevo y patata.

lunes, enero 30, 2012

Arrodillado

Arrastrándose, con su dignidad metida en un bote y su orgullo triturado en el estómago, llegó a casa de ella, ese amor que tanto había denostado y ahora tan anhelado. Llamó a la puerta ya arrodillado y entre risas de delirio. Unas palabras rompieron su vacía carcajada.
-Me excita verte sufrir -. Una jadeante voz salía de dentro.
La puerta estaba abierta ahora. Pasó ansioso. En el mismo pasillo se encontraron y, como envenenados, se enredaron sin delicadeza, dando rienda suelta a sus más oscuros deseos. Aquellas paredes, de ahora en adelante empapeladas de sensualidad, guardarían para siempre la pasión salvaje del odio al amado. 

lunes, enero 23, 2012

Almendra caramelizada

Contemplaba tenso a Irene desde la lejanía que me permitían los cuatro metros de largo de nuestra cocina. Ella le daba vueltas al pastel, lo analizaba minuciosamente, como a cada alimento que pasa por sus manos de adolescente. Sus ojos veían el mundo desde una perspectiva que nunca me imaginé, y más lento, como si cada segundo nuestro ella pudiera aprovecharlo durante un minuto completo. Se llevó un trozo a la boca y lo saboreó tranquila pero intensamente. El blanco de sus ojos cobró un brillo especial. Ya estaba. Se me aceleró el pulso.
-Quiero ponerle pedazos de almendra caramelizada bajo el chocolate, y éste será caliente -dijo excitada–. Encontraremos la manera de hacerlo papá, ven aquí.
-Vamos allá Irene -. Le limpié un poco de harina que le adornaba la mejilla y me remangué decidido.

lunes, enero 16, 2012

Deja de cacarear

-Al diablo.
-Quique, no seas tozudo. Solo tienes que ser lógico y coherente en tus respuestas. Sabemos que estás bien ya. Deberías querer escapar de aquí, de este confinamiento, de este sin dios. Aquí no podrás tener una vida como la de ahí fuera, normal y corriente, como todo el mundo. Vamos, deja de cacarear y responde de nuevo. ¿A quién te gustaría abrazar al salir?

lunes, enero 09, 2012

Lobos todos

Nunca me pude deshacer de su aroma. Me llegó a taladrar el cerebro aquel día revuelto de primavera en que hacíamos el amor entre margaritas y amapolas, al cobijo del aire puro, del tiempo lento, de sus piernas abiertas. Rezumaba ese intenso olor a café, emanando de su piel tostada. Pensé que habría lobos oliéndolo a kilómetros que acudirían raudos a saborearlo. Imaginé que les rogaría que no nos hicieran daño, que les dejaría olerla un rato. Su sinceridad les hipnotizaría, como lo hizo conmigo y con tantos otros, lobos todos.

lunes, enero 02, 2012

¡Siete botes!

Paseaba cerca de la orilla del lago, algo deprisa y mirando al suelo. Una pequeña vibración me hizo parar. Metí la mano en el bolsillo y saqué el teléfono. Observé el correo electrónico en la pantalla. Tomé aire. Girándome hacia el lago adopté la posición adecuada y lo lancé cual salvaje energúmeno. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis… y ¡siete! ¡Siete botes! ¡Toma ya! Tan pronto como las ondas se fueron disipando en el agua yo retomé mi camino, esta vez en dirección contraria, con la cabeza alta y con paso lento, pero firme.

lunes, diciembre 26, 2011

Cómete a tu princesita

Dormitaba sobre mi lado del tesoro. Un ruido me despertó. Miré hacia la boca de la cueva y vi asomar una pierna ensangrentada, con trozos de armadura colgando de la bota. El respeto ya había dejado de ser la ley que gobernaba nuestro hogar. Tras limpiarse cuidadosamente las escamas frente al sol de la tarde ella entró con energía y se puso a devorar al desgraciado muchacho sobre sus monedas favoritas, esas que sacó como botín cuando arrasó la catedral de Ur Salemh.
-Sabes que es la hora de mi siesta –protesté.
-Calla, cascarrabias –. Soltó una pequeña llamarada por su nariz.
Sabía que aquello me cabreaba.
- ¿Otro más? –le pregunté.
-Sí. Estos osados caballeros no saben lo letal que es el amor que recorre sus venas. Este juego me aburre ya. Cómete a tu princesita cuanto antes o lo haré yo.

lunes, diciembre 19, 2011

El cadáver perfecto

La calidez de su cuerpo delataba la inmediatez de su asesinato y la paz de su rostro señalaba la dulzura de su asesino. Yacía en una postura que el forense denominó como ejemplar, en absoluta armonía con los cientos de cartas de amor que lo rodeaban en forma de corazón. Un corazón quebrado, de manera delicada, por ese cadáver perfecto.

lunes, diciembre 12, 2011

Gafas de cartulina

David recortaba concentrado su cartulina naranja. Sus manitas acertaron a dar forma a unas gafas estrafalarias. Su papá le ayudó a terminar las lentes que, le dijo, le permitirían ver a través de las cosas, por muy opacas y gruesas que parecieran. Se las puso con ansia. Miró la tele y vio dentro a todos los personajes de sus dibujos animados favoritos preparándose para salir a escena, alborozados. Echó un vistazo a la puerta de su habitación y pudo ver sus muñecos jugando al parchís. Ganaba Conejito, su favorito. Allí estaba mamá recogiéndolos y ordenándolos sobre su cama. Era la primera vez que la veía después de tanto tiempo que partió al cielo. Miró a papá. Visión negra y enredada. Se asustó. Sabía cómo cambiar aquello. Le miró a los ojos y sonrió. Lo negro tornó arcoíris mágicamente.

lunes, diciembre 05, 2011

La pistola

Me olvido algo. Sí. A ver. Traje de astronauta para el paseo espacial, traje de astronauta para andar por la nave, traje de astronauta para salir arreglado pero informal, píldora con el calor de tu sexo, traje de astronauta con forro de felpa, que refresca por las noches. Pero me falta algo… ¡Bingo! ¡La pistola láser desintegradora de los recuerdos de tus reproches!

lunes, noviembre 28, 2011

Tinta

La tinta corre por el papel como si la persiguiera el diablo. No mira hacia atrás. Piensa que si va rápido tendrá tiempo de escribir todo lo que necesita antes de agotarse. Le aterroriza siquiera imaginar cuando la pluma raye el papel anunciando su final. Pero le excita y alboroza recordar cuando aquella niña, con mirada intensa y determinación, le hizo recorrer trazados tan vertiginosos, tan impredecibles y desconocidos. Se emociona entre garabatos. En la hoja queda un pequeño borrón en forma de sonrisa, justo antes de que la línea se apague de forma entrecortada, resistiéndose.

lunes, noviembre 21, 2011

Acordonada

Llegó la sexta patrulla de policía, con las sirenas aullando, como les habían ordenado. La misma sorpresa que en las anteriores apareció en sus caras. La calle ya estaba acordonada. Decenas de coches permanecían atascados, impacientes, a la espera de que la retirasen. La muchedumbre comentaba.
La elefanta dormía en mitad de la calzada. Soñaba. Lo hacía con agua limpia que lanzaba al aire con la trompa para refrescarse, con hierba fresca en una inmensa y apacible pradera, sin rastro alguno de payasos, trapecistas o encantadores de serpientes, peligrosos embaucadores todos ellos, hasta donde se le perdía la vista.

lunes, noviembre 14, 2011

Aristas imperfectas

Contempló su obra desde cerca. Limó esa puñetera arista un poco más y dio un paso atrás. Frunció el ceño y ladeó la cabeza, despacio. Asió el martillo que tenía a mano y lo estampó con violencia contra ella. Se hizo mil pedazos, aunque no tantos como los esparcidos desde el lado izquierdo de su pecho. Cogió de nuevo el cincel y se juró, por enésima vez, no parar hasta conseguir que le dijera te quiero con los ojos.

lunes, noviembre 07, 2011

H-437

Mis dedos se retuercen hasta una posición inverosímil y mi pierna derecha se confunde con la izquierda, del revés. Es lo que suele ocurrir cuando se viaja a través del agujero de gusano H-437, el más prolongado de este cuadrante de la galaxia. No acabo de acostumbrarme a ello.
Cuando llegue a casa todo habrá cambiado mucho. Trato de pensar en otra cosa y vuelvo a tararear en mi mente “How to disappear completely”, de Radiohead. Soy consciente de que mis hijos aún no recordarán momentos junto a mí que yo ya viví. Anhelo volver a ver sus limpias lágrimas brotar cuando escuchen esa canción de nuevo por primera vez, aquella noche, en aquel concierto.

lunes, octubre 31, 2011

Nos vamos de Mercurio

Neptuno era muy frío y Júpiter demasiado espacioso. Saturno te mareaba con sus anillos. El color de Marte no te gustaba. La Tierra, decías, “es muy corriente y vulgar, y además es peligrosa”. Nos vamos de Mercurio porque hay demasiada luz y no duermes bien. Pero creo que donde ahora nos dirigimos te va a encantar, porque su nombre te describe a la perfección, a ti mujer, divina belleza.

lunes, octubre 24, 2011

Ya no queda nada

No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento. Desde que el cerrajero se fue, aquel pequeño arañazo no dejaba de aparecer en su retina, ahí, en ese almacén de imperfecciones. Se amontonó junto al florero que su madre colocó en el lado equivocado de la mesa. Justo frente a ese trozo de papel higiénico abandonado en el fondo del inodoro por la última chica que quiso pasar la noche allí y que creía que iba bien maquillada. Ya no quedan chicas para dar portazos. Ya no quedan cerrajeros como los de antes.

lunes, octubre 17, 2011

Indefensa

Vigesimoséptimo día de tiempo gris y revuelto. Vuelve a oler a putrefacción. Ayer las urracas se llevaron lo que quedaba de las tripas de la solidaridad. Hoy los buitres planean impacientes. Se acercan a su preciado botín. Aún está viva. No esperarán a que muera. La indefensa dignidad agoniza, triste, muy triste.

lunes, octubre 10, 2011

Primos lejanos

Hablan. Se miran y ríen. Uno es muy moreno, el otro rubio. Diría que tienen la misma edad. Seguro que son familia, pero lejana. No bromean como si fueran amigos. Hay cariño. Cariño fraternal. Uno de ellos, el rubio, se rasca la espalda. Los músculos de su brazo se marcan con fuerza. Mientras, el moreno se pasa la mano por el pelo y éste cae sobre su frente de manera sensual. De pronto pienso en mí misma con ambos en mi habitación. Enrojezco. Pienso que notarán que estoy mojada. 

lunes, octubre 03, 2011

Horizonte

El cielo se confunde con el mar en el invisible horizonte, también lejano, inalcanzable, difuso, peligroso, tentador, cruel, hipnótico. Allí asomas con sonrisa maliciosa. Me hago el tonto. Desapareces. Cojo de nuevo el catalejo y te busco. Escribo mentalmente tu nombre en la espuma de una ola, que en unos segundos se rompe con violencia. Cierro los ojos para no verlo. Grito como nunca antes lo hice.

lunes, septiembre 26, 2011

Copos

Nevaba. Los copos caían parsimoniosos, casi con pereza, como si no les apeteciera formar nieve, como cansados antes de dibujar el manto blanco. Un manto que sin tardar sería desvirgado suavemente por las pisadas de los pajarillos, extrañados, y después violentado por los niños, exaltados y excitados por el alegre y efímero paisaje y tan seguros de vivir un tiempo donde su espíritu infantil se siente libre y fuerte. Seguían cayendo, inevitablemente, acompasados, mientras adivinaban múltiples cabecitas inquietas tras los cristales de las ventanas, difuminados por el vaho.

lunes, septiembre 19, 2011

Quiero que sepas

- Hola.
- Perdona, ¿te conozco?
- Sí. Soy ese que va en tu vagón todos los días en el segundo asiento de la izquierda. El que te sonríe sin que le mires. El que te aparta cada mañana con la mente los zombis en tu recorrido hasta el kiosco. Soy ese que te induce por telepatía a elegir la revista Viajar, sin éxito, aunque quiero que sepas que no me importa que sigas hojeando el Hola. Sí, ese al que la almohada le dice cada noche que ya está cansada de interpretar tu papel.

lunes, septiembre 12, 2011

Enlatado

Quería verla. Quizás cerrando los ojos lo conseguiría. Bajó los párpados muy lentamente intentando fijarse al mismo tiempo en algo muy pequeño flotando en el aire. Pero sus pupilas electrónicas no seguían las órdenes de su renovado cerebro, lleno de esas cosas que los humanos llaman emociones. "¡Maldita sea!", quiso decir, aunque de su boca salió un sonido enlatado que le pareció ridículo. No podía encontrar en su base de datos la fórmula que explicara lo que provocó en su cabeza el beso suave de aquella joven sobre el frío plástico de sus labios.

lunes, septiembre 05, 2011

Durará siempre

Está bien, creo que hoy podré contárselo. Uff...
Justo al resbalar él yo me di la vuelta por instinto y le pude agarrar de la mano en su caída. Por Dios, había al menos cien metros de vacío bajo él. Su cara tornó blanca y sus ojos se clavaron en los míos. Yo había quedado sin apoyos. Después de un minuto, creo, mi hombro se dislocó tras varios intentos de subirlo. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos y él lo comprendió todo y lo aceptó. Su semblante se relajó y, en un momento, que aún dura, nuestras manos se separaron.

lunes, agosto 29, 2011

En defensa propia

A pesar de mi jefe salí a comer con una mueca risueña en la cara. Me senté tranquilo en la mesa, solo. Mi momento.
- Tomaré pescado, tengo que mantenerme en forma.
- Tenemos mero en el menú señor.
- Perfecto.
Cuando llegó mi segundo, miré el plato y tomé el primer bocado. Suspiré. Llamé al camarero.
- Disculpe. Esto es emperador. Usted me dijo que tenían mero.
- No señor, es mero.
- Perdone que insista, es emperador.
- Es mero señor. O eso nos dijo el pescadero -. Rió.
Fue entonces señor juez cuando, en defensa propia y del bien común, quemé ese puto restaurante.

lunes, agosto 22, 2011

Todo planificado

El piloto rojo comenzó a parpadear y enseguida supieron que algo no iba bien. Llegó el momento de sacar aquello que había estado escondido el tiempo necesario. Ahora haría falta, aunque quizás la historia no comprendiera, lo que hoy se veían obligados a hacer. Desde mañana nada sería igual.

lunes, agosto 15, 2011

El hombre árbol

El hombre árbol está taciturno como de costumbre. A pesar de ser de hoja perenne, su aspecto es decaído. Tiene ganas de llorar; tendrá que esperar a que llueva para hacerlo. Ve a su amor soñado frente a él todas las tardes de sol, una pequeña y presumida flor de jara cuyo polen se disputan los más apuestos abejorros. No puede abrazarle, sus articulaciones están agarrotadas, y no puede decirle cuánto la quiere con su boca sellada con resina, calentura de su desamor. Le contaría todo sobre las cosas maravillosas que hay más allá y que sólo él en ese pequeño paraje, con su altura, puede contemplar. Los amaneceres, esperanzadores; los atardeceres, intensos, melancólicos; las estrellas, fieles, honestas, multitud; las grullas, alegres, viajeras. Cosas que su pequeña flor de jara siquiera imagina.
Le diría que es aún más bonita que todo eso y que se dejaría talar para caer, lentamente, a su lado.

lunes, agosto 08, 2011

Grabado en púrpura

Frente a la ventana ve como los trenes se marchan de la estación. Esa estación que podría ser la vida por la que deambula. Vio como se fue el tren del amor, un día sin avisar, a una hora impredecible y no para de mirar las pantallas buscando el horario de vuelta sin ver información por ningún lado. Contempló, sin moverse, cómo un tren llevando dentro su cuerpo juvenil partía lentamente, sin prisa pero sin pausa. Aún puede verlo moviéndose despacio al final del andén. Si echara a correr lo alcanzaría sin problemas. Se fija en el horizonte y ve llegar una locomotora seguida de infinidad de vagones. Es enorme, preciosa, dorada y tiene las letras de su nombre grabadas en púrpura. Carpe Diem, alcanza a leer. Le da miedo. La locomotora pasa de largo como todos los días. Nadie saca billete en esa parada.

lunes, agosto 01, 2011

Puro cristal

Sois dos mellizos, hechos del más puro cristal, que me miráis con extrañeza, con curiosidad, con sorpresa, con alegría, con dulzura, con gratitud, con tristeza, con enfado. Es increíble cómo os coordináis siempre para hacerme llegar lo que me queréis decir. Sólo a primera hora de la mañana os permitís, entre vosotros, un momento de intimidad e independencia, cuando únicamente uno de los dos mira, entreabierto y perezoso, la hora en el maldito reloj de mesilla que aún tiembla del golpe de una mano adormecida. Yo en ese momento, a veces sin querer y otras esperando con anhelo, os contemplo escondida tras mis largos cabellos y mi día comienza con mi boca en forma de sonrisa juvenil.

lunes, julio 25, 2011

En la sien

La bala, en la sien. No quiero fallos. Te dejaré la puerta abierta. Estaré durmiendo. No tendrás problemas para encontrar el dinero. Y sí, tranquilo, fui toda mi vida un hijo de puta.

lunes, julio 18, 2011

Curva cómplice

A mi mujer no le gusta que le fastidie sus estrategias pero yo hago todo lo posible por desmantelarlas de arriba a abajo. Cuando la conquisté ella iba a la biblioteca y acabamos gritando y bailando en aquel concierto. Le encantaban los perros y la gatita que encontré en la calle es ahora su mejor confidente. Esta mañana me dijo, entre arrumacos, que desea vivir junto a mí para siempre. Pues no se me ocurre otra cosa que estrellarme con el coche en esta curva que tomé mil veces antes. Me desmayo… ¡Corre ambulancia! ¡Que desbarataré con fuerza esos planes que tendría que idear para rehacer su vida por una tontería como ésta!

lunes, julio 11, 2011

A caballo ganador

El hombre alto no dejaba de mirar con su único ojo al tipo menudo del fondo de la barra. Éste se retorcía sobre la banqueta incómodo y nervioso. Había visto antes a aquel hombre. Estaba seguro que había sido cuando aún conservaba ambos ojos, pero no podía recordar dónde ni en qué situación, aunque lo imaginaba. Era consciente, sin embargo, de lo que aquel cabrón había ido a hacer allí. Y él, con las copas que llevaba encima sería incapaz de evitarlo. Error infantil.
Si aguantaba ahí sentado un minuto más se tendría que orinar encima, así que inspiró todo el aire que pudo y se dirigió al servicio sin mirar atrás, pensó que dignamente. Apostó su vida a que no daría más de veinte pasos desde ese momento hasta que sus sesos decoraran la pared del baño. Odiaba perder y apostaba siempre por el caballo ganador. Empezó a contar.

lunes, julio 04, 2011

El baño

Sentado en el suelo, en el rincón justo frente a la bañera y llegando al final de su llanto, Oscar se dio cuenta de que algo cruzaba el suelo con parsimonia. Era el patito de goma con el que solía jugar su hijo en el baño. El pato miraba sin cesar la esponja con cara de Mickey Mouse allá arriba colgada en la rinconera. La esponja estaba visiblemente distraída. El peine con forma de pez se quitaba, con los ojos cerrados, los pelos enredados en sus púas, de espaldas a Oscar.
- ¿Es que hoy no vais a decirme nada? - soltó al aire sollozando.
Nadie hizo siquiera un gesto al escuchar sus palabras.

lunes, junio 27, 2011

La fábrica de mazapán

¿Qué era lo que les unía? ¿Cuál era ese olor que ambos disfrutaron en esos instantes en que eran felices juntos? Se solían sentar frente a las puertas de acceso a la fábrica de dulces para contemplar el cambio de turno. Ese espacio de tiempo tan ajetreado y bullicioso era cada día tan idéntico, y a la vez diferente al día anterior, que se sentían inevitablemente atrapados por aquel poder hipnótico procedente de los movimientos acompasados de los trabajadores. Ese olor pudo ser aquella embriagadora fragancia a mazapán que la vieja factoría desprendía las semanas previas a las fiestas navideñas del año de su primer beso.

lunes, junio 20, 2011

El Mar de China

- ¿Y cuándo será el incendio? - El señor Mateo inquirió muy inocentemente.
- Cuando esté usted una semana sin venir al parque de bomberos. – dijo el Cabo.
El Sargento clavó una mirada en el Cabo que lo hizo estremecerse.
- Es la décima vez que lo pregunta. – musitó el Cabo.
- Podría ser su padre, Cabo, sin poder reconocer la cara de gilipollas de su hijo. ¡Vayan a limpiar los camiones ya! ¡Es una orden! Señor Mateo, venga aquí, demos un paseo y cuénteme de nuevo lo que ocurrió en aquel rescate en el Estrecho.
El anciano lo miró como si pudiera ver a través suyo unos segundos.
- No fue en el Estrecho, Sargento. Todo ocurrió en el Mar de China.

lunes, junio 13, 2011

Travieso arrepentido

Mario se despertó casi a cámara lenta. Nada le sobresaltó, no escuchó ningún ruido. Solo un tenue haz de luz que atravesaba la persiana llamaba la atención de sus vivarachos ojos. Le gustó aquel preciso y dulce instante. Buscó el botón para congelar el momento. “Lástima que ese malvado villano del Doctor Maligno lo desintegrara en su último ataque a mi fortaleza”. Soltó una corta y sincera carcajada mientras se deslizaba bajo las sábanas. Respiró profundamente y se relajó. Notó todo su cuerpo desplomado sobre el colchón, boca arriba, y la fina tela de algodón sobre él, moviéndose delicadamente al ritmo de su respiración. Susurró casi sin mover los labios, “hoy no joderé la marrana con la pelota, como dice mamá”.

lunes, junio 06, 2011

Testigo número uno, el chucho

Conducía rápido. Un perro cruzó la calle parsimonioso. Lo rozó. Le hubiera gustado atropellar a ese chucho. Miró por el retrovisor y vio cómo el animal estaba parado en la acera. Contemplaba el coche alejarse, con la lengua fuera. Olía a alquitrán y las ruedas parecían hundirse en el asfalto exhausto. El marcador de la gasolina hacía tiempo que se había instalado en el rojo. “Solo he podido hacer ochenta kilómetros”, pensó.
- ¡Mira que eres tacaño, pijo de mierda! – gritó girando su rapada cabeza al asiento trasero donde un tipo aterrado, con polo Ralph Lauren, luchaba por respirar amordazado.

lunes, mayo 30, 2011

A mil kilómetros

Después de tanto tiempo luchando por ello por fin pudo ver a todo el mundo feliz a su alrededor. Entonces se miró en el espejo y se espetó un “bien hecho”. Al cabo de unos segundos se descubrió a sí mismo con la mirada perdida, como si ese espejo estuviera a mil kilómetros de distancia. Había dado sentido a todas esas vidas. ¿Dónde estaba su objetivo ahora? Bajó los ojos hasta la línea del pecho y le dio pánico traspasar su erizada piel para encontrarse con lo que había dentro de aquel acorazado corazón.

lunes, mayo 23, 2011

Inexorablemente

- ¿Tú te crees lo que me pasó ayer? ¡Vamos no me jodas!
- Eso le pasa a cualquiera.
- No, no. Me pasó a mí, qué cojones.
- Quería decir que hay numerosas ocasiones en las que acontecimientos similares al acaecido ayer, cuando, por cierto, el fuerte viento en su afán de protagonismo, frenaba el avance de todo voluntarioso y osado ciclista empeñado en llegar a su destino, son recurrentes en el tiempo y afectan aleatoria e inexorablemente a personas, que como tú, viven haciendo cosas nuevas, esforzándose, amando, creando, haciéndose preguntas, aprendiendo. Y además, tampoco es para tanto, ¡coño!
- La madre que me parió... ¿Nos tomamos una cerveza y te cuento lo que me pasó después? A ver qué palabrejas tienes para eso.
- ¡Ésa la pago yo! ¡Cuéntame!

lunes, mayo 16, 2011

Mejor

- Desde que tengo turno de noche apenas coincidimos en casa...
- ¡Mejor! ¡Ven aquí y apriétame fuerte contra tu pecho! ¡Tengo más ganas de ti que nunca!

lunes, mayo 09, 2011

No hay vuelta atrás

Paró de pedalear y se dejó llevar por la gravedad, tirando cuesta abajo de su bici. Mirando ese precioso campo de amapolas rojo intenso que le quedaba a la izquierda llegó a la convicción de que sólo podemos pensar en una cosa a la vez.
- Elijo pensar en tí -. Pensó. - Cuando me descubra a mí mismo dándole vueltas a ese viejo problema, pues pensaré en la mueca de tu risa infantil. Cuando me joda el trabajo a media noche, pues pensaré en la fuerza de tu abrazo sincero. Cuando me sienta triste, pues elegiré pensar en el roce de tus labios cuando, al final del día, me dan ese beso que dices, con ojos chispeantes, es el más grande del mundo mundial.
Optó por la fortaleza infinita, por ser invulnerable. No había vuelta atrás.

lunes, mayo 02, 2011

Sin piedad

La soledad llegó al pueblo una madrugada con niebla cerrada. Esa misma noche se alió con la tristeza y la amargura. Se hicieron terriblemente fuertes y muy rápido gobernaron. La primera no permitía hablar, la segunda impuso los silencios y la tercera degustaba el sabor de las lágrimas. El gris abrazó el lugar.
Pero un día la tristeza llegó nerviosa sobremanera. Pudo explicarles, casi sin voz, que había visto de refilón algo casi innombrable... Una sonrisa.
- ¡Eso no puede estar ahí! – gritó la amargura enrabietada.
Se armaron de valor y salieron a defender lo suyo. Fue inútil. Lo que encontraron en frente las aterró. Huyeron despavoridas. Sabían que si se quedaban un minuto más, lo que tenían delante las despedazaría sin piedad y echaría sus tripas a los perros. Allí estaba, poderosa y rutilante, la amistad.