lunes, enero 23, 2012

Almendra caramelizada

Contemplaba tenso a Irene desde la lejanía que me permitían los cuatro metros de largo de nuestra cocina. Ella le daba vueltas al pastel, lo analizaba minuciosamente, como a cada alimento que pasa por sus manos de adolescente. Sus ojos veían el mundo desde una perspectiva que nunca me imaginé, y más lento, como si cada segundo nuestro ella pudiera aprovecharlo durante un minuto completo. Se llevó un trozo a la boca y lo saboreó tranquila pero intensamente. El blanco de sus ojos cobró un brillo especial. Ya estaba. Se me aceleró el pulso.
-Quiero ponerle pedazos de almendra caramelizada bajo el chocolate, y éste será caliente -dijo excitada–. Encontraremos la manera de hacerlo papá, ven aquí.
-Vamos allá Irene -. Le limpié un poco de harina que le adornaba la mejilla y me remangué decidido.

2 comentarios:

  1. inocencia,novedad,ilusión,desilusión..adolescencia..etapa mágica donde se crea gran parte de nuestra personalidad futura! Manucha

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