lunes, julio 30, 2012

Reciclaje de canallas

Ella sale corriendo a la calle y tira la basura con rabia. Acartonado, en el fondo del contenedor azul, él deshace los aviones de papel arrugados para releer las cartas de amor que la envió, mientras en el verde, aquel caro perfume que la regaló pelea su sitio con botellas de vino malo. Cartones de leche agria bailan en el amarillo con la máscara que ella se acaba de quitar. Y en la basura orgánica, en bolsas negras separadas, sus corazones, necrosados.

lunes, julio 23, 2012

Verano

-Se está mejor en pelotas-, dice Víctor, boca arriba, mientras un centenar de gotas se deslizan por su piel hasta morir evaporadas en la roca caldeada.
Juan le mira un momento desde el arroyo y sonríe. Se sumerge de nuevo para perseguir esa culebrilla de agua que se le resiste. De vacío, sale a respirar y va a tumbarse junto a Víctor. Deja caer un brazo para tocar el agua con un dedo. Ambos aguantan sin hablar durante un buen rato. El tiempo no pasa, se congela, se alía con ellos en un bucle cómplice de la niñez.
La sombra de un halcón recorre los párpados de Víctor como queriéndo abrírselos. Él intenta evitarlo. Pero siente a su amigo a su lado.
-Juan.
- ¿Qué?
- ¿Qué crees que sentirá cuando la bese esta noche?

lunes, julio 16, 2012

12º de beso

Dame tu boca en cuanto puedas. Me urge. Te veo disfrutar esa copa de vino y pienso que la saborearé cuando tus labios tan carnosos y cálidos acaricien la mía, ansiosa de amor. Sé que no será igual, sé que será aún mejor. Le añadirás el peso del roble de tu experiencia y la frescura y exotismo de los frutos rojos de tu pasión. El sensual calor del susurro de tu aliento dejará, en esta amalgama de cosquillas impacientes, ese retrogusto que no podré olvidar jamás.

lunes, julio 09, 2012

La princesa y el emigrante

De pronto, me encontré delante del molino, imponente, avanzando a contracorriente, con mi cabeza en lucha mortal con mi corazón, y con tu último beso en mi mejilla izquierda. Tus ojitos están clavados en la espalda que tantas veces te sostuvo, fijos en mi pelo, del que tiraste entre carcajadas, pequeña. Al pasar bajo esas aspas amenazantes me giro para verte de nuevo. Tus lágrimas riegan el hogar que dejo. Estate tranquila mi bien, porque brotarán en forma de cartas de papá, de historias de amistad y de cuentos de viajes. Y, el día que menos lo esperes, una de ellas crecerá mágicamente y, cuando despiertes, el viento del norte me habrá traído para abrazarte de nuevo, princesa.

lunes, julio 02, 2012

No entraba en sus planes

Viendo como la lavadora da vueltas. Así es como se encuentra ahora el héroe de la aventura cotidiana de vencer la paciencia ajena. Se siente impotente, frustrado, en un momento inédito en su corta vida. Pero esta vez ella ha sido demasiado orgullosa como para dar su brazo a torcer y dejar que se saliera de nuevo con la suya. Quizás sea el momento, piensa, de apelar al amor maternal para recuperar su status quo. Lo intenta con ojos de gatito triste. Pero mamá no cede. ¿Será verdad que lo de crecer va en serio?