lunes, octubre 29, 2012

Fiebre del ladrillo

El reloj marca la una. Ella intenta hacerse a la madrugada, de pasarla lo más rápido posible. Lo intenta en vano. Tirita por tercera vez. Él enciende de nuevo la luz del pasillo. Abre la puerta de su habitación. Ella se hace la dormida otra vez y oye sus pasos, muy cerca ya. Vuelve a poner la mano en su frente, suave. Y de seguido ese beso que le sabe a gloria, mejor que nunca. No se siente bien, pero ha decidido que no le dará más dolores de cabeza, quiere que descanse, que duerma. Esta tarde, cuando escuchó esa palabra, comprendió que algo no iba bien al ver la cara de Papá. ¿Qué querrá decir desahucio?

lunes, octubre 22, 2012

La madriguera

El gato y el ratón, eso es lo que somos. Sacas tus uñas y arañas mi lomo de roedor cuando pienso en las musarañas. Otras veces, con pasión animal, te clavo mis dientes felinos en tu hocico de ratita presumida. Ambos movemos los bigotes cuando algo no nos place, acompasados, y nos partimos de risa con Tom y Jerry. Pero rondando el tejado de tu madriguera hace un frío de cojones y déjame decirte, me tienes aquí fuera para que, cuando me dejes entrar, ya tenga el rabito tieso, ¿verdad?

lunes, octubre 15, 2012

Pequeñita fábula de la gallina

Érase una vez una gallina que vivía en un bonito corral. Las demás se reían de ella y se mofaban sin cesar. Era objetivo de los corrillos de chismosas más activos de toda la granja. Hablaban de ella los gansos, hablaban las ocas, las ovejas y las vacas. Hasta los cerdos, que no son muy dados a hablar de los demás, no podían resistir hacer comentarios. El problema de nuestra esta gallina es que era inapetente, frígida y casta por vocación, y claro, siendo una gallina hay que hacer honor a la fama que una tiene. Si no es así, pues cámbiate la “u” por una “a” y pásate a pata.

lunes, octubre 08, 2012

Más allá

Aún a mi lado, eres más inalcanzable que nunca. No puedo dejar de amarte a pesar de todo aquello que nos destruyó, pero es el recuerdo el que me dirige, el que me controla. Tú tratas ahora de tocarme, de hablarme, de besarme. ¡Por todos los demonios! Deberías haberlo hecho antes. Te das cuenta de lo tonta que fuiste, de lo mucho que me querías y no lo demostraste por orgullo. Pues sigue intentándolo Candela, dale duro, que cuando rompas tu caja de roble te queda la mía de pino.

lunes, octubre 01, 2012

Martirio

El rodar de tu maleta cuando te marchaste retumba dentro de mi cerebro como si pasaras por encima de todos esos baches, esas grietas que dejaste en mi materia gris, arañazos de tus ausencias de viernes por la tarde. De vez en cuando ese ruido cruel cesa. Entonces espabilo y te busco, con la esperanza de verte dado la vuelta intentando encontrar mis ojos. Abro los brazos. Pero enseguida vuelve a sonar. Y es que solo paras a comprobar que llevas tu horroroso reloj de platino. ¡Cómo me gustaría hacer la rana en el río más profundo del mundo con ese puto reloj!