lunes, agosto 29, 2011

En defensa propia

A pesar de mi jefe salí a comer con una mueca risueña en la cara. Me senté tranquilo en la mesa, solo. Mi momento.
- Tomaré pescado, tengo que mantenerme en forma.
- Tenemos mero en el menú señor.
- Perfecto.
Cuando llegó mi segundo, miré el plato y tomé el primer bocado. Suspiré. Llamé al camarero.
- Disculpe. Esto es emperador. Usted me dijo que tenían mero.
- No señor, es mero.
- Perdone que insista, es emperador.
- Es mero señor. O eso nos dijo el pescadero -. Rió.
Fue entonces señor juez cuando, en defensa propia y del bien común, quemé ese puto restaurante.

lunes, agosto 22, 2011

Todo planificado

El piloto rojo comenzó a parpadear y enseguida supieron que algo no iba bien. Llegó el momento de sacar aquello que había estado escondido el tiempo necesario. Ahora haría falta, aunque quizás la historia no comprendiera, lo que hoy se veían obligados a hacer. Desde mañana nada sería igual.

lunes, agosto 15, 2011

El hombre árbol

El hombre árbol está taciturno como de costumbre. A pesar de ser de hoja perenne, su aspecto es decaído. Tiene ganas de llorar; tendrá que esperar a que llueva para hacerlo. Ve a su amor soñado frente a él todas las tardes de sol, una pequeña y presumida flor de jara cuyo polen se disputan los más apuestos abejorros. No puede abrazarle, sus articulaciones están agarrotadas, y no puede decirle cuánto la quiere con su boca sellada con resina, calentura de su desamor. Le contaría todo sobre las cosas maravillosas que hay más allá y que sólo él en ese pequeño paraje, con su altura, puede contemplar. Los amaneceres, esperanzadores; los atardeceres, intensos, melancólicos; las estrellas, fieles, honestas, multitud; las grullas, alegres, viajeras. Cosas que su pequeña flor de jara siquiera imagina.
Le diría que es aún más bonita que todo eso y que se dejaría talar para caer, lentamente, a su lado.

lunes, agosto 08, 2011

Grabado en púrpura

Frente a la ventana ve como los trenes se marchan de la estación. Esa estación que podría ser la vida por la que deambula. Vio como se fue el tren del amor, un día sin avisar, a una hora impredecible y no para de mirar las pantallas buscando el horario de vuelta sin ver información por ningún lado. Contempló, sin moverse, cómo un tren llevando dentro su cuerpo juvenil partía lentamente, sin prisa pero sin pausa. Aún puede verlo moviéndose despacio al final del andén. Si echara a correr lo alcanzaría sin problemas. Se fija en el horizonte y ve llegar una locomotora seguida de infinidad de vagones. Es enorme, preciosa, dorada y tiene las letras de su nombre grabadas en púrpura. Carpe Diem, alcanza a leer. Le da miedo. La locomotora pasa de largo como todos los días. Nadie saca billete en esa parada.

lunes, agosto 01, 2011

Puro cristal

Sois dos mellizos, hechos del más puro cristal, que me miráis con extrañeza, con curiosidad, con sorpresa, con alegría, con dulzura, con gratitud, con tristeza, con enfado. Es increíble cómo os coordináis siempre para hacerme llegar lo que me queréis decir. Sólo a primera hora de la mañana os permitís, entre vosotros, un momento de intimidad e independencia, cuando únicamente uno de los dos mira, entreabierto y perezoso, la hora en el maldito reloj de mesilla que aún tiembla del golpe de una mano adormecida. Yo en ese momento, a veces sin querer y otras esperando con anhelo, os contemplo escondida tras mis largos cabellos y mi día comienza con mi boca en forma de sonrisa juvenil.