lunes, septiembre 17, 2012

De chocolate en chocolate

Elsa alza la cabeza con dificultad y lo ve entrar en la vieja estación de tren, ahora llena de cascotes por todos lados. Se lo imagina con ocho palmos de altura, cuando corría con su bocadillo de chocolate en la mano, risueño, vital. Lo recuerda juguetón y bromista hasta hartar. Javi.
Javier llega con dificultad a ella, le pone la papelina en la mano y se tira a su lado, cansado.
– ¿Dónde se quedó Javi? ¿Por qué no me sigue dando ese trozo de su bocadillo?

2 comentarios:

  1. Te da un trozo del bocadillo y de su vida..que más quieres?? Manucha

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  2. Sí... Javier puede pensar eso, si. Cierto que este es el punto de vista de Elsa de alguna manera. Quizás le culpe de la suerte que ha corrido o quizás simplemente le añore. ¿O delira?

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