Javier llega con
dificultad a ella, le pone la papelina en la mano y se tira a su lado, cansado.
– ¿Dónde se quedó Javi? ¿Por
qué no me sigue dando ese trozo de su bocadillo?
Trozos de colores y melodía. Pedazos de amargura y tristeza. Cachitos de terror y melancolía. Porciones de sabor y grandeza. Texturas de amor y alegría. Desechos de llanto y pereza. Necesidad de grito y sueños. Microrrelatos (o lo que sea).
lunes, septiembre 17, 2012
De chocolate en chocolate
Elsa alza la cabeza con dificultad y
lo ve entrar en la vieja estación de tren, ahora llena de cascotes por todos
lados. Se lo imagina con ocho palmos de altura, cuando corría con su bocadillo
de chocolate en la mano, risueño, vital. Lo recuerda juguetón y bromista hasta hartar.
Javi.
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Te da un trozo del bocadillo y de su vida..que más quieres?? Manucha
ResponderEliminarSí... Javier puede pensar eso, si. Cierto que este es el punto de vista de Elsa de alguna manera. Quizás le culpe de la suerte que ha corrido o quizás simplemente le añore. ¿O delira?
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