lunes, marzo 21, 2011

Olor a vainilla

Conseguí entrar cuando no estaba. Busqué desesperada entre sus cosas en busca de esa prueba que necesitaba. Pero nada… ¿Ni un pelo moreno? ¿Ni una nota escrita a mano? ¿Ni una fea corbata nueva? ¿Ni un ligero olor a vainilla? Y además todo estaba donde debía estar… Ésto sólo podía significar una cosa. Lo limpió y ordenó todo el muy canalla. Lo sabía.

8 comentarios:

  1. Gracias Sarahe! Llevas tiempo sin publicar en tu blog. Qué te rondará la cabeza...

    ResponderEliminar
  2. realmente noestán nada mal. No conocía yo de esta tu afición.
    ¡Ánimo! valen la pena. ya hablaremos
    Tomás

    ResponderEliminar
  3. Un honor tenerte por aquí compañero. Sí, hablaremos. Y gracias!

    ResponderEliminar
  4. Llevaba unas pocas semanas sin poder leer tus relatos (que trajín), pero ya me he puesto al día. Este relato, en especial, me ha llegao!
    El relato lo defino con una única palabra: OBSESIÓN....... Que pena!!

    ResponderEliminar
  5. Grazie Sandru!! Me convierto en lector de tu blog automáticamente. ;-)

    ResponderEliminar