lunes, diciembre 19, 2011

El cadáver perfecto

La calidez de su cuerpo delataba la inmediatez de su asesinato y la paz de su rostro señalaba la dulzura de su asesino. Yacía en una postura que el forense denominó como ejemplar, en absoluta armonía con los cientos de cartas de amor que lo rodeaban en forma de corazón. Un corazón quebrado, de manera delicada, por ese cadáver perfecto.

2 comentarios:

  1. Nadie mata ni muere por amor, es simple egoísmo. Manucha

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  2. Hoy en día vemos como se mata por cualquier gilipollez. Puede ser que el egoísmo esté en el trasfondo de la gran mayoría de ellas, igual que otras características odiosas del ser humano que, paradójicamente, lleva en los genes para asegurar su supervivencia como especie... Lo que pasa que eso aplicaba cuando éramos casi monicacos... ¿O no? ¿Me he liao?
    Gracias Manucha por no fallar.

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