lunes, abril 04, 2011

Desprevenido

Fue extraño cruzarse esa mirada en aquel momento tan rutinario y tedioso. No correspondía ni a ese lugar y ni mucho menos con esa intensidad. El exhausto corazón había salido a coger el aire limpio que necesitaba para tomar resuello y esos ojos azabache lo asustaron en demasía, lo pillaron, sin duda, desprevenido, y para no desmallarse tuvo que agarrarse a un sauce llorón que hacía un minuto había brotado a su lado para acompañarlo. Del sauce colgaban pequeñas bolitas de papel en las que se podía leer “atrévete”. La mano que alargó algo temblorosa para no caer asió de manera firme una de esas bolitas y, como si de una descarga eléctrica se tratase, salió corriendo de vuelta a su lugar. Nada más situarse en ese pecho amplio de excitación pudo notar las descargas viniendo de arriba, directas del tacto de unos labios eléctricos. Emocionado se puso a bombear bilirrubina por doquier. Se sentía muy bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario