lunes, enero 17, 2011

Ella, Ellas

Manuel yacía junto a ella, sin tocarla, no se atrevía. Mientras la contemplaba pensaba en el momento en que se conocieron, en esa mirada dulce que le dirigió sin motivo alguno y que le cautivó para siempre, esa mirada que nunca dejó de asomar a pesar de todo. Recordaba sus labios besándole por primera vez y la respiración de su nariz, tan cerca... Cuando por fin hicieron el amor aquel verano se entregó a él ofreciéndole todo, su amistad, su confianza, su amor, su futuro, su vida. Todo el mundo le repetía lo hermosa que era, sobre todo al sol. A ella le encantaba mucho el sol de las mañanas de octubre, entonces resplandecía, y a Manuel siempre le parecía sacada de un cuento, ahí, sentada en el suelo con los ojos cerrados, al sol, mientras Jaime, su hijo, correteaba feliz alrededor de su madre. Se le vinieron a la mente aquellas eternas noches en las que ella acunaba a Jaime durante horas, admiraba esa paciencia, ese darlo todo por un ser querido.
“Me lo ha dado todo, la adoro”, pensaba Manuel, “es lo mejor que me pasó nunca...”, mientras esperaba que se moviera después de haberla pegado una paliza de muerte, “no volverá a pasar, es mía, no se puede ir...”

4 comentarios:

  1. Uf, me ha dejado K.O. el final, no me lo esperaba. Muy buen texto Abel, sigue así.
    Un besito

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  2. Seguiremos. Espero tener tus visitas por aquí de vez en cuando con tus comentarios, que me suben la autoestima. Muchas gracias Sarahe.

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  3. Me ha hecho sentir, no sé si el que más. Esta mañana me levante con ganas de escribir algo en tu blog.
    Primero me acaricias, luego me pegas, más tarde me dices que me quieres y después me llamas puta, finalmente me comprar flores y por último me las tiras a la cara.
    Estoy confundida a veces pienso que quieres estar conmigo y otras considero que no, no sé qué hacer……..

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  4. Muchas gracias Anónimo. Escribe cuando quieras y lo que quieras, bienvenido eres! Además me mola como escribes!
    Es así como el maltratador controla a su víctima, lo has reflejado muy bien, a mi entender.

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