Trozos de colores y melodía. Pedazos de amargura y tristeza. Cachitos de terror y melancolía. Porciones de sabor y grandeza. Texturas de amor y alegría. Desechos de llanto y pereza. Necesidad de grito y sueños. Microrrelatos (o lo que sea).
lunes, enero 09, 2012
Lobos todos
Nunca me pude deshacer de su
aroma. Me llegó a taladrar el cerebro aquel día revuelto de primavera en que
hacíamos el amor entre margaritas y amapolas, al cobijo del aire puro, del
tiempo lento, de sus piernas abiertas. Rezumaba ese intenso olor a café,
emanando de su piel tostada. Pensé que habría lobos oliéndolo a kilómetros que
acudirían raudos a saborearlo. Imaginé que les rogaría que no nos hicieran daño,
que les dejaría olerla un rato. Su sinceridad les hipnotizaría, como lo hizo
conmigo y con tantos otros, lobos todos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Qué bonito texto Abel ;)
ResponderEliminarpiel de lobo pero corazón de cordero! Manucha
ResponderEliminarGracias Sarahe, y no sólo por tu comentario, tambien por tu ayuda con la inspiración.
ResponderEliminar¡Qué ricos están los corderos Manucha!
ResponderEliminarme ha gustado muxho!!!!!
ResponderEliminarGracias Sandru! Bienvenida de nuevo por aquí!
ResponderEliminar